Y… ¿para qué quieres un pueblo?
Nuestro protagonista esboza una sonrisa y responde con calma… «La idea la tengo desde hace mucho tiempo. Con la despoblación que hay, aldeas, pueblecitos donde poder empezar desde cero, reconstruirlo y darle vida… En realidad, es una ilusión que tenía y ahora se ha cumplido. Y es verdad, hay gente que me pregunta que cómo me he comprado un pueblo, que es surrealista…».
Salto de Castro, el pueblo de Zamora que se ha comprado el toledano Óscar Torres
Se llama Óscar Torres, es de Toledo, constructor y promotor, y sí, se ha comprado un pueblo para él solo, pero su idea es compartirlo. Aunque le resulte sorprendente y curioso, los pueblos se pueden comprar. Y Óscar ya es el dueño de Salto de Castro, en la provincia de Zamora, lindando prácticamente con Portugal.
«Lo normal me aburre -sigue su relato- y me gusta hacer las cosas difíciles o muy complicadas. Lo que más me gusta es coger edificios con protección, con simbolismo, con significado histórico y que amenacen ruina para reconstruirlos enteros con sus propios materiales. Así lo he hecho en varios edificios de Toledo, como el hotel Azacanes, que es la antigua Casa del Cura, un edificio del siglo XIII que desarmé entero y volví a armar, exceptuando los muros de carga. También he acometido obras en la Catedral o en San Juan de los Reyes».
Comprarse un pueblo por 300.000 euros
Por todo ello ha comprado, por el módico precio de 300.000 euros, Salto de Castro, «está a 50 metros de Portugal y a 1,6 kilómetros de una de las principales entradas del país luso; y a 38 kilómetros de Zamora».
Nos recuerda cómo se gestó todo…
«Mi hijo Óscar tiene aplicaciones a través de las que le saltan oportunidades de comprar pueblos abandonados. Y fue hace poco más de un mes cuando, un domingo sobre las cuatro de la tarde, me llamó para decirme que le había saltado un pueblo que era espectacular. Recuerdo que me dijo: ‘Es tu pueblo’. Me lo pasó, lo vi y comprobé que el pueblo se fundó en los años 40 y sus constructores fueron los ingenieros de Iberduero (actual Iberdrola) para vivir allí mientras construían la presa y la central hidroeléctrica».
Óscar le ha comprado Salto de Castro a su ya anterior propietario, «quien en su día compró todas las fincas del pueblo a sus dueños. Él, en 2001, quiso hacer un complejo turístico, pero al final no lo pudo culminar. Hasta que lo puso en venta en Idealista, hace poco, por 260.000 euros».
«Me recorrí el pueblo y tuve la sensación de que era para mí»
Al final el precio subió a 300.000 euros y el periodista no pudo evitar la curiosidad. ¿Comprar un pueblo por ese precio es caro, barato…?
Óscar lo tiene claro: «Para mí, muy barato, porque la tasación actual es de 5.300.000 euros. Llamé al abogado del dueño, le dije que quería comprar el pueblo y que le iba a pagar una señal incluso sin verlo, pero me dio su palabra de que al día siguiente lo podía hacer. Y yo, al día siguiente, a las 11 de la mañana, estaba allí, en Salto de Castro. Me fui para allá inmediatamente».
Otro dato importante que aporta: «Antes de que llegara la pandemia del Covid, el pueblo costaba seis millones de euros, ojo».
Se recorrió el pueblo entero, casa a casa, palmo a palmo de terreno… «Con la sensación de que era para mí».
Salto de Castro tiene… ¡hasta una piscina olímpica!
Salto de Castro tiene, en la actualidad, 46 casas, una hospedería, una casa cuartel de la Guardia Civil, un colegio, una iglesia, parada de autobús, garaje, taller mecánico, otras cinco viviendas más alejadas, zonas deportivas frontón, ¡hasta una piscina olímpica!… más otros 7.200 metros cuadrados de término municipal.
Y sí, como bien se pueden imaginar, es un pueblo abandonado y «vandalizado, porque durante estos años han robado, roto puertas, quitado tuberías… Fue abandonado en 1982″, por lo que lleva 40 años sin habitante alguno, solo los que han hecho un viaje rápido para robar lo que no era suyo.
Será un complejo turístico con spa, apartamentos, tirolina, deportes náuticos…
Además de la idea romántica de comprar un pueblo, Óscar tiene claro en qué va a convertir Salto de Castro. En primer lugar, el nombre lo va a mantener porque su historia lo merece. Y en segundo, he aquí la clave, es que lo va a reconvertir «en un complejo turístico con spa, las viviendas serán apartamentos, la hospedería será un hotel, habrá restaurantes, una tirolina, se podrán realizar deportes náuticos en el río Duero… Quien vaya allí podrá ir a relajarse, a realizar reuniones de empresa, convivencias o, simplemente, a disfrutar».
Para reconstruir Salto de Castro invertirá entre tres y cinco millones de euros y cuando esté terminado la tasación, o su valor, será de más de 10 millones de euros, en concreto 10.100.000 euros.
«La idea de lo que podía hacer me surgió allí, estando en el pueblo. Para que te hagas una idea, está en un valle, en un sitio espectacular, con una caída de unos 80 metros al río Duero, con un salto de agua, de ahí su nombre… Me atrevería a decir que es el lugar más caudaloso de España y junto al Parque Natural de Arribes del Duero, con multitud de especies protegidas, una zona que tiene clima mediterráneo sin ser mediterráneo, con un microclima que no baja de los 16 grados en invierno y no sube de los 32 grados en verano».
«Me han salido compradores de todas partes del mundo»
Es curioso, pero a raíz de que saltara la noticia a Óscar le han salido «compradores de todas partes del mundo. La oferta más pequeña que tengo para comprarme el pueblo es de 800.000 euros. Pero no lo voy a vender, obviamente. Cuando lo reconstruya lo pondré en las manos de un gestor empresarial que lo explotará y me dará rentabilidad. Sí, voy a restaurar todo, es un pueblo con los muros de las viviendas de un fondo de un metro de ancho de piedra, tiene una arquitectura impresionante».
Está tan convencido de que ha hecho la compra correcta y tan ilusionado que no duda en afirmar que «cuando di la señal económica pensé que me había tocado la lotería, tanto en lo profesional como en lo personal».
Se abrirá al público en 2024, «fue un flechazo»
Su objetivo es abrirlo al público en 2024, «puede ser un proyecto pionero en la llamada España vaciada que se puede exportar a más lugares del país».
Una vez que escriture su propiedad, procederá al vallado y limpieza de Salto de Castro. A partir de ese momento comenzará todos los trámites legales para la reconstrucción total y para conseguir las subvenciones de las administraciones que le ayuden a hacerlo.
De momento, «ya hay equipos de arquitectura que me quieren regalar el proyecto, fondos de inversión…».
Óscar Torres tiene claro qué le ocurrió cuando, aquel domingo de hace poco más de un mes, su hijo le mandó el enlace para que viera Salto de Castro, «fue un amor a primera vista, un flechazo».