Bajo el título «ToledoContemporánea», el martes 18 de febrero se abrirá al público -en el Centro Cultural San Marcos de la capital regional (calle Trinidad, número 7)- la que es la primera cita expositiva del Año Greco, una muestra fotográfica comisariada por Elena Ochoa Foster y el equipo de Ivorypress que se podrá ver hasta el 14 de junio.
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Durante la presentación a la prensa, Elena Ochoa ha puesto de manifiesto que el objetivo es «redescubrir la identidad de Toledo» a través de la mirada de 13 artistas: José Manuel Ballester (España), Philip-Lorca diCorcia (Estados Unidos), Matthieu Gafsou (Suiza), Dionisio González (España), Rinko Kawauchi (Japón), Marcos López (Argentina), David Maisel (Estados Unidos), Abelardo Morell (Cuba), Vik Muniz (Brasil), Shirin Neshat (Irán), Michal Rovner (Israel), Flore-Aël Surun (Francia) y Massimo Vitali (Italia).
Tras agradecer a la Fundación El Greco y a las autoridades civiles y religiosas la colaboración prestada, la comisaria ha explicado que los criterios para elegir a los artistas fueron que procedieran de las culturas que han creado Toledo -judíos, cristianos y árabes-, que hubiera jóvenes y mayores, algunos establecidos y otros emergentes, «pero todos con el denominador común de la excelencia en su trayectoria». A la hora de desarrollar su trabajo «no les ofrecimos ninguna guía, solo les facilitamos la inmersión en la ciudad para que ellos pudiesen redescubrirla».
El fruto ha sido una exposición presida por el proyecto titulado «La corriente de Toledo» que hace las veces de «altar». Su autora, la iraní Michal Rovner, ha hecho posible un gran rectángulo proyectado en una pared de cobre y compuesto por cientos de pequeñas figuras en movimiento. «Se trata de buscar el ADN de la ciudad y de reflejar el encuentro de las diferentes culturas», indicaba Ochoa.
En el recorrido de la exposición también se puede disfrutar de la obra de la iraní Shirin Neshat, quien ha creado una serie de retratos que recuerdan a las pinturas religiosas del Greco con los rostros de hombres y mujeres musulmanes contemporáneos.
No falta una «Vista de Toledo» traída del Metropolitan Museum de Nueva York y que es obra del brasileño Vik Muniz o las creaciones de artistas que «se han desprendido de las creencias religiosas» pero que -tal y como apuntaba la comisaria- «han descubierto un Toledo sublime y nocturno», como Matthieu Gafsou, quien decidió ver la ciudad «a solas y en silencio».
Flore-Aël Surun se fijó en aspectos como la luz que escapaba por la puerta principal de la Catedral y en los visitantes que salían de ella para mostrar al «Toledo de los desarraigados» y dar una visión profundamente espiritual. Por su parte, el argentino Marcos López prefirió la ciudad llena de turistas y Philip-Lorca diCorcia optó por condensar el pasado y el presente.
La comisaria también destacaba al español Dionisio González, quien ha dado una vuelta de tuerca al Toledo «patrimonializado» para introducir en él arquitecturas moderna; a Massimo Vitali, un «artista de la cultura de masas» que captó desde andamios y grúas costumbres como el Corpus y la Tarasca; y al Toledo nocturno y desconocido de la japonesa Rinko Kawauchi, quien prefirió un Toledo más cerca de la naturaleza y del Tajo.
La exposición se completa con las fotografías aéreas de David Maisel; con los paisajes y cuadros del Greco exentos de figuras humanas de José Manuel Ballester; y con las imágenes de Abelardo Morell que son mezcla de pintura, fotografía y arquitectura.
Por su parte, la coordinadora general de El Greco 2014, Paloma Acuña, -que ha asistido también a la presentación- ha señalado que el que esta exposición sea fotográfica no es casualidad pues se debe a que la ciudad «fue objeto de las primeras instantáneas que se hicieron en España». «La muestra habla del espacio del Greco; aquí se expresa la imagen del Toledo del siglo XXI».