Las relaciones personales que se construyen en el ámbito laboral son una baza importante para dar forma al ambiente de trabajo, pero hay ocasiones en las que suelen ocupar también la esfera personal de los protagonistas. Por este motivo, un 32 por 100 de los castellano-manchegos reconoce que está dispuesto a tener una relación sentimental en el trabajo, según una encuesta que ha elaborado la empresa Randstad, para establecer una radiografía del profesional de la región en el marco de la celebración la semana que viene de San Valentín.
De hecho, los castellano-manchegos se consolidan como uno de los españoles menos dispuestos a encontrar el amor en su puesto de trabajo, ya que incluso se sitúan seis puntos porcentuales por debajo de la media nacional (38 por 100), superando sólo a cántabros (30 por 100) y navarros (28 por 100). Un hecho destacado es que del total de esta proporción, un 10 por 100 contesta afirmativamente siempre y cuando se elimine la posibilidad de tener una relación son su inmediato superior.
Por su parte, en el lado contrario y encabezando el ranking se sitúan asturianos (58 por 100), gallegos (55 por 100) y aragoneses (54 por 100), como los más dispuestos a tener una relación sentimental dentro del contexto laboral.
A nivel nacional un 30 por 100 de los españoles reconoce que no le importaría tener una relación sentimental en el trabajo. De hecho, esta cifra puede ser incluso mayor, ya que un 8 por 100 estima que no le importaría comenzar una relación más especial con alguien de su oficina siempre y cuando no sea su jefe, lo que eleva la proporción total hasta el 38 por 100. Si se comparan los datos con la encuesta realizada el año pasado por Randstad se encuentran diferencias, ya que la percepción general ha descendido nueves puntos porcentuales.
Esta caída es progresiva a nivel nacional en los dos últimos años, con un descenso total de 15 puntos porcentuales desde 2010. Cada vez hay menos gente dispuesta a tener una relación sentimental con un compañero de trabajo, y es que, en algunas empresas, la mezcla entre la esfera personal y la profesional todavía se sigue viendo con cierto recelo.
De hecho, actualmente en nuestro país esta situación no se encuentra regulada por ley, al contrario que en otros países como Estados Unidos, y generalmente solo se encuentran sentencias judiciales que abogan por el derecho a la intimidad o por la resolución de problemas en materia de conflictos de intereses en las empresas.
Un dato que refuerza esta encuesta son los datos que publicó hace unos años el Comité de Asuntos Nacionales de Estados Unidos, en el que aseguraba que de cada 10 relaciones sentimentales, tres se habían desarrollado en el centro laboral.
LOS JÓVENES, LOS MÁS ENTUSIASMADOS
Por otro lado, las mujeres (51 por 100) se muestran más partidarias que los hombres (49 por 100) a la hora de entablar una relación con un compañero de trabajo, aunque donde sí que se encuentran diferencias es en función de la edad. Los jóvenes de entre 26 y 44 años (68 por 100) son los que más entusiasmados se declaran a la hora de encontrar el amor en la oficina, mientras que los profesionales de mediana edad presentan un porcentaje del 23 por 100. En el lado contrario los mayores de 45 años (9 por 100) se muestran como los menos partidarios de mantener una relación sentimental con un compañero/a de trabajo.
A MAYOR NIVEL DE ESTUDIOS, MENOS RELACIONES
El nivel de formación también sugiere cambios a nivel nacional a la hora de tomar una decisión de estas características. A mayor nivel de estudios (12 por 100), menor es la intención de tener una relación de estas características en el trabajo, mientas que los profesionales que presentan un nivel formativo bajo se sitúan en el 33 por 100 y los que tienen Bachillerato o Formación Profesional representan un 55 por 100.
En definitiva, la encuesta elaborada por Randstad muestra el perfil de la persona dispuesta a tener una relación sentimental en el trabajo y se trata de una mujer, de entre 26 y 44 años y con una formación educativa de nivel medio.
El ambiente de trabajo proyectado hacia las relaciones personales es fundamental para generar una buena disposición entre los trabajadores. En el caso de las sentimentales la mejor manera de actuar es cuando se separa su intimidad del entorno laboral. Con esta medida evitamos posibles problemas que puedan surgir.