La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Toledo pide «mayor flexibilidad» para que los purines y el estiércol puedan usarse como abono orgánico, algo que la regulación ha limitado con la entrada en vigor de la PAC (Política Agraria Común) en 2023.
Blanca Corroto, presidenta de Asaja Toledo, ha explicado que la nueva normativa agraria europea «plantea un grave problema de almacenamiento de purín a las explotaciones de porcino, que tienen la obligación de contar con balsas de plástico para tres meses no están preparadas para almacenar más tiempo». Además, Corroto argumento que la situación se agravaría en verano porque los residuos de una granja «se incrementan en un 30%».
Reclaman una regulación coherente
La solución que propone Asaja para reducir el almacenamiento de la materia orgánica es que se «permita vertir materia orgánica de abril a junio en los barbechos que tengan alguna cobertura vegetal». También estiman que se podrían usar los materiales orgánicos en la cosecha y durante el verano en los rastrojos.
La organización agraria reclama una regulación coherente y que apoye de manera real el uso de los fertilizantes orgánicos para, por un lado, abonar la tierra con productos naturales y más económicos que los químicos, sobre todo teniendo en cuenta que estos últimos han incrementado su precio en un 150% desde 2021, y, por el otro, facilitar a las granjas la gestión de sus residuos orgánicos.
Por último, desde Asaja han querido recordar los retrasos de la Consejería de Agricultura en relación a los pagos pendientes de la PAC 2021. Corroto ha achacado los problemas a la falta de personal en las instancias castellanomanchegas.