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viernes, 22 de noviembre de 2024
Mercedes cumple 100 años
Mercedes Fernández Borja, 100 años en plena forma. Foto: Rebeca Arango.
Una auténtica pionera - 15 enero 2023 - Toledo

«Me llamo Mercedes Fernández Borja López Álamo» nos dice con contundencia esta entrañable toledana el día que cumple 100 años. Siempre es bonito escuchar a las personas mayores, aunque la nostalgia pueda ser dura. Te llegan al corazón. Mercedes lo arrasa.

Esta toledana de pura cepa, del casco histórico, que nos recibe el día de su centenario, con un aspecto físico estupendo, en su residencia, junto a gran parte de su familia, es una pionera.


Sí, así como lo leen. Una pionera anónima que en los años 40 y muy primeros 50, en plena y dura Postguerra, daba clases de «Gimnasia Rítmica» (como nos recalca) a profesoras especializadas en otras materias para que estas pudieran a su vez impartir educación física a sus alumnas.

Mercedes, una apasionada de la música y la gimnasia

Mercedes vivió su niñez y juventud en la zona del Miradero, al lado del comercio de su padre Rafael. Era un local de recambios de automóvil muy popular entonces y que, probablemente, muchos de los lectores, si han vivido en la ciudad, hayan oído hablar de él.

Allí creció, jugando, estudiando y dejando traslucir una pasión innata por la música y por el ballet.

«La música me gustó mucho siempre» y, siendo una «mocosa», como ella dice, iba a lugares en los que podía disfrutarla. Es tan agradable escuchar cómo lo dice….: «mis padres lo sabían y procuraban darme esa satisfacción», la satisfacción de disfrutar de ella.

Mercedes, junto a dos de sus hijos, Santi y Mercedes.

Aunque, con enorme ternura, reconoce que su padre «tenía miedo a que quisiera irme de casa». Sonríe mientras afirma que «entonces a las mujeres se nos prohibía hacer muchas cosas». Pero siempre la apoyaron, «siempre».

Es por ello que, en plena adolescencia y con el respaldo de su familia, empezó a acudir a centros de Madrid, como el de Ciudad Lineal, en los que realizaba cursos de educación física.

Amante del ballet, por instinto, Mercedes disfrutó durante los primeros años de su juventud de la hermosa profesión de transmitir un arte corporal tan fundamental como es la gimnasia y de enseñar a quienes enseñan a los más pequeños.

La educación física, una asignatura pendiente en aquellos años

La actividad deportiva como materia primordial tardó mucho tiempo en ser considerada y, de hecho, entonces no había una formación específica para impartirla. Ella fue de las primeras en promoverla, algo que todavía tiene más valor siendo mujer.

Maestras siguen las clases de Mercedes.

La antigua Normal (centro educativo en el Paseo de Sisebuto) o la Escuela de Educación Física (dependiente de la Academia de Infantería de Toledo) eran los lugares, además de gimnasios y «el campo», en los que una pizpireta Mercedes reunía grupos con profesoras de pueblos cercanos a la capital toledana, como Bargas u Olías, para guiarlas en la materia.

También preparaba actuaciones para fiestas de juventud, como se hacían en aquellos años, o de final de curso. Y ensayaban y ensayaban. «No es lo mismo pero, bueno, parecido a una especie de ballet clásico» nos cuenta con humildad.

Mercedes no paraba y también preparaba grupos de baile regional, para hacer representaciones en el Teatro de Rojas, o, como recuerda especialmente, un Primero de Mayo en la Plaza de Toros.

Mercedes, la primera por la derecha de la fila de abajo, junto con uno de los grupos que organizaba de baile.

Del «Lago de los cisnes» a una popular jota. Tocaba todos los palos. Recuerda emocionada como alguien una vez le dijo: «he visto bailar la Jota pero como a usted a nadie»

Un golpe, un quiste y una nueva vida

Y así estuvo Mercedes durante algunos años. Entre el baile, la gimnasia y su trabajo también, como era frecuente entonces, en la popular Sección Femenina.

Hasta que un día, en el Metro de Madrid de comienzos de los 50, un hombre dando codazos abriéndose paso la golpeó gravemente. Estando en el hospital le detectaron un quiste hidatídico hepático.

Recuerda que le dijeron los médicos que tenía que encontrar al hombre del codazo para darle las gracias porque, sin querer, le había salvado la vida. De no haber sido por aquel golpe, no sabe si le hubieran descubierto el tumor a tiempo.

Fotos: los recuerdos de una toledana pionera en la enseñanza de la gimnasia

Fue una recuperación dura porque, aunque Alexander Fleming había descubierto la penicilina años antes, aún no estaba siendo usada en España. Un tratamiento con antibiótico hubiera agilizado mucho su recuperación.

A partir de salir del hospital, donde estuvo recuperándose con muchos dolores durante prácticamente un año, esta «mocosa», como ella misma se define, encauzó su vida de otra forma, ya que no podía dedicarse a la gimnasia.

Y al poco tiempo se casó con Santiago Fernández-Salineros y tuvo a sus tres hijos: Santiago, Mercedes y Jesús. Vivieron en Toledo y en 1973 se fueron a Madrid. Definitivamente, Mercedes regresó a su ciudad natal en 1999, donde ya no ha dejado de vivir.

100 años con la sonrisa de Mercedes

Ahora celebra sus 100 años, en plena forma y con una alegría apabullante. Rodeada de dos de sus hijos Santi y Mercedes (ya que el tercero no ha podido asistir), de su nuera Tatina, de su yerno José Luis, y de dos de sus nietos, Marta y Santi.

Alumnas de La Normal preparan una actuación de las que organizaba Mercedes.

Tiene una voz dulce y desprende energía. «Tengo unos recuerdos muy buenos, hice muchas cosas», reflexiona. Y nos cuenta, poniéndose más seria que «a mí la gimnasia de ahora con esa cadencia que tiene no me va, y, perdónenme si ofendo alguien». Nos arranca una risa a todos.

«Llené la Plaza de Toros haciendo gimnasia con el bolero de Ravel«, nos cuenta y, acto seguido, empieza a tararear emocionada la mítica pieza musical del compositor francés, que todos hemos oído en tantas y tantas ocasiones.

Entonces ya sí que nos ha conquistado. ¡Muchas felicidades, Mercedes! Y no dejes de tararear, haces más auténtico el ritmo de la vida.

Mercedes, junto a parte de su familia, el día de su cumpleaños. Foto: Rebeca Arango.

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