El acto de mediación previa a huelga entre la empresa Atento Teleservicios España, SA, y el Comité de Empresa de Toledo ha finalizado sin acuerdo con lo que se ratifica la convocatoria de paros en el centro de trabajo de la capital regional para el próximo 7 de marzo.
Según han informado fuentes del sindicato UGT, los paros convocados serán de una hora en la fecha fijada, en horarios de mañana (de 12:00 a 13:00 horas) y de tarde (de 19:00 a 20:00 horas).
La decisión de convocar estos paros fue tomada por el comité de empresa en la reunión que mantuvo el pasado día 24, tras la cual se han dado los pasos legales necesarios para tal convocatoria, entre ellos el acto de mediación celebrado hoy en el Jurado Arbitral de Castilla-La Mancha.
Estos paros coinciden con los convocados en otros centros de Atento en España para ese día mismo día, como A Coruña, Bilbao, Sevilla, Madrid, León y Barcelona.
Según las mismas fuentes, estos paros son la respuesta de los trabajadores a la política empresarial de Atento Toledo, «instaurada en la falta de respeto a sus trabajadores, basando sus decisiones en la ‘mano dura’, despidos, amonestaciones, apercibimientos y escasa valoración de la plantilla».
Además de menosprecio a la necesaria formación en el sector y vulneración de derechos de los trabajadores, como por ejemplo no conceder adecuación de horario por guardas legales, cuestiones todas denunciadas ante la autoridad laboral.
Asimismo, los paros quieren ser un toque de atención al cliente principal de Atento en España, la empresa telefónica Movistar España, «cómplice y culpable indirecto de estas situaciones y de la precarización del sector del telemarketing y la explotación de los trabajadores subcontratados para su atención telefónica».
En este sentido UGT recuerda que Movistar ha comenzado a cerrar centros de atención al cliente fuera de España y a traerlos a España para dar calidad a sus servicios de atención al cliente, sin incrementar las plantillas en España para absorber el trabajo sino, por el contrario, reducirlas, lo que provoca un exceso de carga de trabajo que se traduce en desatención de sus clientes.
Además, «ha instaurado la fórmula de que el principal objetivo en la atención es vender sus productos y no el de resolver eficazmente las incidencias y dudas de sus clientes».