Todo está preparado para la partida del padre Luis Pérez a una nueva misión en Sierra Leona, un camino en el que ha contado con la implicación de muchos toledanos que conocen a este misionero javeriano por su vinculación con la parroquia de «El Buen Pastor», pero también por sus reconocidas raíces toledanas, que comparte allá donde ejerce su vocación misionera, siempre comprometido desde la invitación a la pobreza y a una vida pobre en sentido evangélico, porque «Jesucristo se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza».
SI NO PUEDE VER LAS IMÁGENES PINCHE AQUÍ.
Luis Pérez ya conoce la realidad de Sierra Leona. Hace años estuvo en este país africano en el que también trabajó por la recuperación de los niños soldados, lo que provocó que fuera secuestrado por un grupo armado rebelde. Se trata de un hombre humilde y tímido, le cuesta hablar constantemente de esta experiencia, pero siempre lo hace por «responsabilidad» y por todos «aquellos que se han encontrado en una situación límite», lo que le lleva a afirmar que «durante el secuestro percibí la densidad de vida que da la fe».
Por ello, la parroquia toledana de «El Buen Pastor» ha celebrado una Eucaristía de acción de gracias para despedir al padre Luis Pérez y para revitalizar el sentido misionero de la comunidad cristiana. Ha estado acompañado por el también javeriano Jesús Morales, que acaba de regresar de Japón donde ha estado 22 años en la misión, el misionero diocesano Mariano Merchán, así como del párroco de «El Buen Pastor», Daniel Palomo, y del vicario parroquial, Antonio López-Higueras.
En esta Eucaristía se ha resaltado la importancia de la comunidad cristiana, porque, como destaca el misionero javeriano «la que evangeliza, la que realmente incita e invita a la misión es la comunidad», donde surgen, en definitiva, las «relaciones de fraternidad, de cercanía, de pertenencia», cuestiones sobre las que Luis Pérez ha querido resaltar lo que significó para él el acompañamiento de sus padres y en general de esa parroquia para su formación misionera.
Pérez también hizo mención expresa a los misioneros javerianos destacando que «gracias al regreso del padre Jesús Morales, que ha estado 22 años en Japón, ahora puedo partir a Sierra Leona». En ese sentido recordó que él optó por los javerianos porque en sus inicios vocacionales leyó una de las publicaciones de estos misioneros en la parroquia, «y lo que más me llamó la atención es que hablaban de familia, hacer del mundo una familia», por lo que inicié el «servicio del Evangelio con los javerianos para poder ofrecer a todos la fraternidad».
Citando la Carta a los Corintios de San Pablo, «la Caridad de Cristo nos apremia», Luis Pérez, ha afirmado, como recientemente señalara el Papa en su mensaje para la Cuaresma, que «la caridad, el amor es compartir en todo la suerte del amado. El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los muros y las distancias». En este sentido, y al hablar de la vida cristiana, ha recordado que son «tres patas y puntos los necesarios en esta vida», utilizando la imagen del «único mueble que no cojea» que es el «taburete, porque, según nos enseñaron en geometría, tres puntos forman un plano», y esos tres puntos, para él, son «el encuentro personal con Jesús, la transformación de nuestra vida en Jesús y el anuncio de esto en los demás».