El consejero de Hacienda del Gobierno de Castilla-La Mancha, Arturo Romaní, ha destacado la necesidad de planificar y respetar el principio de estabilidad presupuestaria que, a su juicio, «debe regir la vida de las administraciones públicas».
Así lo ha señalado en el transcurso de su intervención en la inauguración de la III Jornada de Estabilidad Presupuestaria en Universidades, donde ha afirmado que dicha estabilidad al final es garantía de sostenibilidad, por lo que es importante «hacer una planificación y respetar las normas de estabilidad presupuestaria».
Según informa la Junta en nota de prensa, Romaní ha resaltado que Castilla-La Mancha es un lugar interesante para hacer estudios sobre hacienda pública y evolución de ingresos y gastos, «porque aquí hemos sufrido un descontrol absoluto en un momento dado y, a partir de junio del año 2011 se produce un punto de inflexión en el que comienza una manera muy distinta de hacer las cosas».
Para ello, desde el Gobierno que preside María Dolores Cospedal s»e pusieron en marcha medidas muy importantes, como la ley regional de Estabilidad Presupuestaria, el refuerzo de la función interventora, enlazar el registro único administrativo con el registro de facturas, eliminar los créditos ampliables o la realización de un presupuesto como el del año 2012, que fue verdaderamente difícil, pero real».
En este sentido, ha constatado el consejero, «las decisiones que hemos tomado han sido importantes pero acertadas». En su opinión, «haber hecho un esfuerzo importante al principio nos han permitido encontrarnos ahora en una situación distinta, y continuamos siendo cada vez más eficientes con la máxima responsabilidad».
Hace dos años, ha recordado el titular de Hacienda, el problema que había en el mundo financiero era, entre otros, los países periféricos, el déficit y la deuda de las comunidades autónomas, y esta sensación de descontrol produjo el desequilibrio inmediato de todos los mercados financieros de deuda.
En el caso concreto de Castilla-La Mancha, ha asegurado, «era fundamental e indispensable hacer un punto de inflexión, y aquí estuvimos para hacerlo. Presentábamos unos datos nefastos y ahora tenemos que felicitarnos porque hemos desaparecido del foco de atención en materia de déficit autonómico», ha reconocido.
En este sentido, Romaní ha detallado las cifras que el Gobierno regional se encontró en 2011, empezando por el déficit, que en cuatro presupuestos se acumuló un 22 por 100 sobre el PIB, «lo que supone 8.000 millones de euros de deuda -la mitad de ellos sin financiar-, lo que dio lugar a un problema gravísimo de morosidad».
Por, ha señalado, hacía falta un cambio en el modo de actuar y de hacer las cosas, «y los cambios que hemos hecho han venido para quedarse, son permanentes, porque no es admisible, desde el punto de vista de los ciudadanos, que exista descontrol en el manejo del gasto público».
Dichos cambios se han dispuesto en un marco normativo, que establece unas prácticas y procedimientos que persistirán, «un punto de inflexión que es permanente y definitivo», ha concluido.