La Asociación Protectora de Animales de Talavera de la Reina (Apata) ha condenado la muerte de seis gatos en el centro de acogida de animales abandonados de la ciudad y ha pedido que se garantice «con urgencia» la asistencia veterinaria a todos los animales del centro.
Apata ha asegurado en una nota de prensa que estos gatos se encontraban en unas condiciones «lamentables», sin posibilidad de refugiarse de las inclemencias meteorológicas y conviviendo en el mismo lugar con animales sanos y enfermos «sin los más mínimos cuidados veterinarios».
Ha lamentado que el Ayuntamiento mantenga a estos animales «desamparados» en unas instalaciones «tercermundistas» y sin la asistencia veterinaria que, a su juicio, debería ofrecer un centro de estas características.
Por su parte, la concejal delegada del centro municipal, María de los Ángeles Núñez, ha tachado de «infundadas y desafortunadas» estas declaraciones que, en su opinión, «solo sirven para desprestigiar y entorpecer la labor que se realiza en pro de los animales que allí residen».
El Ayuntamiento ha explicado en un comunicado que los seis gatos fallecidos en el centro de acogida eran «vagabundos procedentes de una misma colonia que vivía en unas condiciones realmente lamentables, rodeados de basura y sin ninguna asistencia veterinaria».
Ha ampliado que empleados municipales encontraron ejemplares muertos en la zona que habitaban, que fueron recuperados por el Consistorio y valorados por el veterinario del centro, quien les diagnosticó una enfermedad terminal que finalmente ocasionó su muerte.
En este sentido, Núñez ha aclarado que los seis gatos mencionados fueron aislados del resto durante su estancia en el centro para evitar contagios y que «en ningún momento padecieron sufrimiento», ya que «todos los animales disponen de asistencia veterinaria diaria por un colegiado altamente cualificado y contratado por licitación».
Asimismo, ha afirmado que los felinos se encuentran en un recinto techado, cerrado parcialmente por tres laterales para favorecer la ventilación, disponen de refugios individuales para protegerse de las inclemencias meteorológicas y se les facilita comida y agua adecuada a sus necesidades, además de tener arenero y rascadores.
Por tanto, «las instalaciones cumplen con todos los requisitos higiénico-sanitarios establecidos en la legislación vigente y siguen las pautas de limpieza y desinfección necesarias para evitar contagios y propagación de enfermedades», ha sentenciado.