Cogió al Cristo de la Vega de la mano y se fue con «Él». Junto a sus costaleros. Largas horas de entreno antes del gran día. Hacía calor, la mañana primaveral acompañaba y «Él» callaba… Pero a la vez hablaba. Les daba fuerzas, valor, coraje… Ellos ponían el sudor y las lágrimas, de «Él» manaba sangre…
Y ella, la fotógrafa toledana Sara M. Trevejo, le soltaba la mano y lo fotografiaba. Todo. No se les escapó detalle. Santa Leocadia, en la capital regional, fue testigo. 800 kilos de andas para 20 costaleros. Calculen a cuántos toca cada uno. Y así una y otra vez… Día sí, día también…
La Semana Santa está aquí. Pero para ellos, y para Sara, comenzó mucho antes. El jueves, a las 24 horas, le pasearán para que le aclamen, para que lloren con «Él», para que le canten, le griten…
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Las caras lo reflejan todo. El silencio sepulcral, el pensamiento que va y viene, como la brisa, el amor oculto, las miradas, el hombro que se carga, las piernas que pesan…
Pero le miran y…
Y la procesión continúa…