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15/04/2014junio 9th, 2017

Sus pasos, su recogimiento y su escenario hacen de la Semana Santa de Toledo uno de los principales destinos elegidos pasar estos días. Ya sea por devoción religiosa o por puro interés turístico, el Casco se llena de personas que ven en esta cita un atractivo muy especial.

Este año, la Semana Santa de Toledo estrena su reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Internacional, sumándose así a ciudades como Cuenca, Málaga, Sevilla o Hellín. Después de dos años trabajando por conseguir este título, dos años en los que todos han sumado esfuerzos en la misma dirección, la capital regional lucirá más bella que nunca sabiéndose con esta declaración.


Son un total de 18 procesiones y 20 hermandades -mostrando en muchos casos auténticas obras de arte- las que transcurrirán por calles y plazas adornadas con farolillos de tenue luz pero también de silencio y de miradas de admiración.

Después de la procesión inaugural del Viernes de Dolores, la primera gran afluencia de toledanos y visitantes suele ser el Miércoles Santo, primero con la procesión de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad (a las 21:00 horas desde el monasterio de San Juan de los Reyes), cuyos penitentes portan túnica negra con 33 botones morados, cíngulo franciscano blanco, capuz morado, calcetín y alpargatas negras. Más tarde, a las 23:30 horas, el Capítulo de Caballeros Penitentes de Cristo Redentor parte del convento de Santo Domingo el Real con un redoble del destemplado tambor. Las calles Buzones, Capuchinas, Tendillas, los Cobertizos… el alma del costalero se funde con la solemnidad de la noche en esta procesión de 14 estaciones.

Desde la época medieval, la Cofradía de la Santa Vera Cruz era la encargada de organizar la procesión del Jueves Santo, que procesionó hasta el año 1935, momento en el que desapareció dicha cofradía. Por este este motivo, en el año 1952 -con la protección de la Fábrica de Armas de Toledo- se funda con el personal obrero la Cofradía de Nuestra Señora del Amparo. La imagen, de madera policromada, fue realizada por el escultor Cecilio Vejar y restaurada por Enrique Toledo en el año 2001. Los cofrades llevan hábito negro, capuchón, guantes y fajín verde, portando medallón plateado al cuello. Junto a la Virgen del Amparo, hay otras imágenes que hacen de esta procesión una de las más interesantes de ver: la Oración en el Huerto, obra de imaginería de cuatro esculturas obra del toledano Luis Martín de Vidales; el Cristo Amarrado a la Columna, una talla de Juan de Guas del siglo XVI en madera policromada; Nuestro Padre Jesús Nazareno, talla de autor anónimo del siglo XVIII; y el Santísimo Cristo de la Agonía, también anónima y de la segunda mitad del siglo XVI.

La Hermandad del Santísimo Cristo de la Vega parte de la Catedral Primada de Toledo el Viernes Santo a las 00:00 horas. Su imagen es Cristo muerto en la Cruz, con el brazo derecho desclavado del madero. Su origen pudo estar en un grupo escultórico de un Descendimiento, del que han desaparecido las imágenes. Quemada por los franceses en la Guerra de la Independencia, la cabeza se conserva en el convento de San Antonio de Toledo, la actual es una copia fiel de la original, de ahí su estilo gótico.

Ya por la tarde, también en Viernes Santo, el Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Caridad parten de la iglesia de Santa Leocadia a las 19:45 horas. Esta hermandad se fundó en el siglo XVII y desapareció a principios de siglo para recuperarse en la Semana Santa de 1990. Los penitentes llevan hábito, capuz y fajín rojo burdeos ribeteados en negro, la medalla de la hermandad colgada al cuello y guantes negros.

Otro de los momentos más esperados de la Semana Santa de Toledo, en Viernes Santo, es la salida de las dos procesiones de las 20:15 horas. La primera parte de la iglesia de las Santas Justa y Rufina con las imágenes del Santo Sepulcro, Virgen de las Angustias, Cristo del Descendimiento, Lignum Crucis y Nuestra Señora de la Soledad. A la misma hora, desde la iglesia de El Salvador, la protagonista es la Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Fe y Nuestra Señora del Rosario. Se les distingue por el hábito color granate con capirote morado, capa, cíngulo y guantes blancos. Las mujeres van vestidas con matilla española.

El Sábado Santo, a las 01:00 horas desde el monasterio de San Juan de los Reyes, el Cristo de la Buena Muerte inicia su paso armonioso y austero por las calles toledanas. Le acompaña un tambor desafinado y los hermanos van rezando las estaciones del Vía Crucis y se cantan salmos penitenciales durante el trayecto. Llevan hábito y capucha de color sepia, con cordón blanco y crucifijo al cuello, portando faroles de mano. Es la única procesión de la Semana Santa toledana en la que un Vía Crucis hace estación en dos de los conventos de monjas franciscanas, el de Santa Isabel de los Reyes y el de Santa Clara, entrando en ellos y siendo recibidos por las monjas de clausura detrás de sus celosías cantando los salmos penitenciales.

La Semana Santa de Toledo llega a su fin con el Domingo de Resurrección y con las imágenes del Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría saliendo de la iglesia de San Andrés a la 01:00 horas.

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