El secretario general de Asaja Cuenca, Manuel Torrero, ha asegurado que la caza mayor se ha sumado a la plaga de conejos a la hora de causar daños en los cultivos de Cuenca.
En rueda de prensa, Torrero ha manifestado que así lo trasladaron en el Consejo Provincial de Caza de Cuenca, y en el que pidieron los datos actualizados de las piezas de caza mayor abatidas en los cotos de la provincia que tienen autorización para ello.
Según Torrero en la temporada 2011-2012, el último registro actualizado, de los 12.000 ejemplares de cérvidos que contemplaban los Planes Técnicos de Caza, no se abatió ni el 15 por 100.
Ha recordado que, según la ley, los daños provocados por la caza mayor son responsabilidad de los responsables cinegéticos de los cotos.
«Hay ejemplos en Monteagudo de las Salinas, en la Alcarria, el Campichuelo o la Serranía baja donde la pérdida de producción ha alcanzado el 100 por 100 de la cosecha esperada debido a un número de ejemplares de caza mayor desproporcionado», ha dicho Torrero, que ha asegurado que Asaja aboga por hacer cumplir los Planes Técnicos de Caza.
Sin embargo, ha lamentado que se intente paliar el problema con medidas excepcionales que ya se han convertido en habituales, como permisos para abatir hembras en los cultivos, cuando el daño ya está hecho.
Respecto a los conejos, desde Asaja abogan por limpiar los taludes de las grandes infraestructuras, que es donde se concentran las madrigueras porque son zonas donde no se puede cazar, y según Torrero son «hoteles» para los conejos.
En este sentido, ha señalado que la reunión mantenida la semana pasada con el director general de Montes y Espacios Naturales, Javier Gómez-Elvira, un avance, pero tienen que mantener otra después de Semana Santa y espera que sirva para empezar a concretar soluciones.
A día de hoy, hay más de 4.000 hectáreas en la provincia de Cuenca dañadas por los conejos, especialmente en la comarca de Tarancón y en la Manchuela.
Según ha recordado Torrero, es necesaria la colaboración de Fomento y ADIF, entre otros, para conseguir «limpiar» de madrigueras los márgenes de las infraestructuras.