Las asociaciones Ecologistas de Manchegos de Daimiel, la Asociación Ecologista ANEA de Villarrubia de los Ojos, Ecologistas en Acción de Ciudad Real y la Asociación Ojos del Guadiana Vivos han pedido el cese del director-conservador del Parque Nacional de las Tabas de Daimiel, Carlos Ruiz de la Hermosa, por lo que consideran que es una mala gestión al frente del parque.
Los ecologistas consideran que es inviable la continuidad de Ruiz de la Hermosa porque afirman que su gestión está «caracterizada por empeorar la ya de por sí penosa situación del parque, con soluciones muy agresivas, basadas casi siempre en soluciones ambientalmente duras, sin respeto por el parque», según las palabras de Rafael Ubaldo Gosálvez Rey, vocal de las ONG ecologistas en el Patronato del Parque Nacional.
Gosálvez ha subrayado que es la primera vez que las ONG se ponen de acuerdo para solicitar de manera conjunta el cese del director-conservador del parque, algo que se debe a la «salvaje intervención realizada el verano pasado en el itinerario de visita de la Isla del Pan y que supuso la entrada de camiones y excavadoras».
«Uno de los mayores atentados ecológicos del parque»
Las asociaciones ANEA de Villarrubia de los Ojos y Ecologistas Manchegos de Daimiel también han criticado la actuación del verano pasado donde consideran que «es algo inaudito» que las máquinas excavadoras hayan «arrasado todo a su paso» y lo califican como «uno de los mayores atentados ecológicos dentro del Parque Nacional».
Además, el vocal de las asociaciones ecologistas afirma que todas las actuaciones siguen un mismo patrón: falta de previsión y planificación en las actuaciones y gestión opaca que favorece a determinadas empresas, como la pública Tragsa. «Ruiz de la Hermosa no es el director que necesita Las Tablas de Daimiel para afrontar la gravísima emergencia climática y ambiental que sufre el parque nacional, equiparable o incluso peor que la que sufre Doñana y el Mar Menor», ha declarado Gosálvez, que también afirmad que el actual director del parque «solo se agarra a trasvases desde el Tajo para salvar a Las Tablas, aliándose de esta manera con especuladores agrarios que han esquilmado las aguas subterráneas.