Del taller del maestro artesano Nono Martín sale el atrezo de forja de la serie de Televisión Española.
La forja es la pasión del maestro artesano Nono Martín quien, a pesar de ser químico de formación, decidió continuar en Alcaudete de la Jara (Toledo) con la tradición familiar que conocía desde que era muy pequeño.
De aquella época a la actual mucho han cambiado las cosas. «Entonces se hacían desde barandillas hasta arreglos de máquinas agrícolas», comentaba Martín, quien ha dado un impulso importante al taller alejándose de la principal función del herrero del pasado, pero respetando el trabajo artesanal que se hacía en otros tiempos.
A sus 57 años afirma que hay que estar, «como decía Darwin, en continuo estado de evolución». Y él lo está. De esta forma consigue «desmarcarse porque hay que salir a ganar». Tanto es así que incluso, en esta etapa, está apostando por la escultura.
En su currículo está, entre otros logros, el haber participado con sus productos de forja en programas y series de televisión. En este sentido, el atrezo de forja que sale en la serie «Águila Roja» lleva la firma de Nono Martín.
También en la serie «La princesa de Éboli» participó y le pasó algo curioso. «Unos días después de terminar la serie me llamó un dentista de Zamora que la había visto y que quería la lámpara que salía en el despacho de Felipe II», comentaba Martín, quien destacaba sobre todo que «el producto es bueno».
Trabajar para series de televisión es sólo una línea más de su día a día, porque «abrimos la puerta todas las mañanas para aportar a la sociedad lo que hacemos», comentaba Martín quien confiesa que le «encanta» lo que hace.
MÁS DE 500 ARTÍCULOS
En la Forja Nono Martín se pueden encontrar más de 500 artículos diferentes que interesan tanto a clientes privados como instituciones y empresas. Nono Martín aseguraba que «hay que ser genuino y distinto», lo que es complicado en los tiempos que corren donde las copias están a la orden del día. A pesar de ello su trabajo es conocido fuera de nuestras fronteras. Así, «hemos trabajado para un restaurante de estilo español que montaron unos japoneses en Tokio, también para otro establecimiento de Malasia…».
De cara al futuro confía en que la tradición no se va a perder porque sus hijos ya están trabajando con él quienes le indican que «variemos el sentido del trabajo», algo que de momento espera que no pase porque «nuestro producto sigue estando vigente».