Cuenca ha vivido con intensidad la procesión Camino del Calvario, conocida como ‘Las Turbas’, tras dos años seguidos en los que las inclemencias meteorológicas han obligado a suspender el desfile.
SI NO VE LAS FOTOS, PINCHE AQUÍ
A las 5.30 de la madrugada se abrían las puertas de la iglesia de El Salvador y el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno de El Salvador, «El Jesús de las Seis», se abría paso por las calles de Cuenca recibido por los tambores y clarines de los cerca de 2.500 turbos que se han acreditado este año para la procesión.
El desfile ha marchado con agilidad, pese a lo nutrido de la Turba que lo precede, y ha llegado pasadas las nueve de la mañana a la Plaza Mayor, donde miles de personas han recibido a los pasos entre el estruendo de los tambores y los clarines, a excepción del Encuentro y la Soledad de San Agustín, que desfilan entre un silencio sepulcral.
El presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, ha calificado la procesión de «éxito» y ha resaltado la puntualidad con que se ha desarrollado el desfile.
Algo imprescindible en el Viernes Santo conquense, ya que cuando las imágenes de Camino del Calvario se recojan en El Salvador tiene que salir el segundo de los desfiles de esta jornada, ‘En el Calvario’, al que tras casi ocho horas de procesión sucederá ‘El Santo Entierro’, todo con un horario muy ajustado.
Con la procesión entrando en la Plaza Mayor, Sánchez ha reconocido en declaraciones a los medios desde el salón de plenos del Ayuntamiento que el desfile ha vuelto a las calles de Cuenca con brillantez, aunque también ha advertido de que no se debe «bajar la guardia» hasta el final de la procesión.
Un extremo en el que ha coincidido el alcalde de Cuenca, Juan Ávila, que ha calificado la salida de la procesión de «modélica y ejemplar», y ha subrayado que la noche y madrugada se han desarrollado sin apenas incidentes, «mucho menos que otros años», pese a la gran cantidad de público que acude en estas horas a Cuenca.
Ávila ha reconocido que es «pronto» para saber el número de visitantes que han podido absorber las calles de Cuenca durante esta madrugada, «la más importante del año en la ciudad», pero ha recordado que «en los años buenos se triplicaba la población, y yo creo que hoy a lo largo del día sí que podemos estar tres veces más de los que vivimos habitualmente en Cuenca».
Algo que exige un esfuerzo suplementario, ha subrayado Ávila, pero que es «tremendamente importante» para la economía de la ciudad. Según fuentes municipales, se han realizado cuatro intervenciones de la Policía Local.
Por su parte, Cruz Roja tenía en marcha un operativo especial desde las doce de la noche que multiplicaba por cuatro el número de voluntarios habituales, hasta llegar a 35, y dos ambulancias de soporte vital básico, aunque desde las 8 horas han incluido una tercera.
Así lo ha explicado a Efe Esmeralda Araque, responsable de Voluntariado de esta formación, que ha indicado que hasta las 10.30 horas se habían realizado doce intervenciones, siete de las cuales han requerido un traslado a algún centro hospitalario, bien el Virgen de la Luz o el Centro de San Fernando.
Según Araque, se han registrado cinco intoxicaciones etílicas y el resto de atenciones han sido cortes, heridas o torceduras, pero ninguno de gravedad.
Cruz Roja mantiene su dispositivo especial hasta que encierre la procesión, incluido dentro de un Plan de Autoprotección y Coordinación que incluye cuerpos policiales, bomberos, servicios municipales, Protección Civil o servicios sanitarios.
Entre los invitados que se encontraban esta madrugada en el salón de plenos estaba el alcalde de Toledo y secretario general del PSOE castellanomanchego, Emiliano García-Page, que ha destacado la peculiaridad de la Semana Santa conquense, «porque es muy propia», y se ha comprometido a hacer todo lo que esté en su mano por promocionarla.
También se encontraba el exministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que en declaraciones a Efe ha incidido en el «colorido, el sentimiento y la espiritualidad» de una procesión que califica de «magnífica».
En su primera experiencia en este Camino del Calvario, Moratinos ha manifestado la impresión que produce «ver a toda la ciudad colectivamente unida en torno a este sentimiento».