«El pasado sábado se celebró en Toledo la XIX Marsodeto, como se sabe, una demostración de solidaridad a favor del discapacitado psíquico toledano que organiza la Federación Provincial Marsodeto y que aglutina a 20 asociaciones de la provincia prestando ciertos servicios a 2.000 personas. Bien podemos decir que ha sido una edición ciertamente distinta a las hasta ahora celebradas.
Por un lado, la participación descendió en más de la mitad de lo habitual- la cifra normal de marchantes oscila entre los 1.200 a 1.800 personas- sin que podamos echar la culpa a la meterolología. No faltaron aún así marchantes de la capital y de más de 30 pueblos de la provincia. Uno echó de menos las pancartas alusivas al origen de los participantes; de los centros de enseñanza, de los centros de discapacitados, de muchos cofundadores…, de muchas personas.
En otro lado de la balanza sitúo a la presidenta regional María Dolores de Cospedal, madrina de Marsodeto- 2014; al delegado del Gobierno Jesús Labrador, al que le habíamos visto en días previos caminando por la Senda Ecológica; al delegado de la Junta Fernando Jou; y a los concejales Gamarra, Claudia Alonso, José Luis González y Alfonso Martín. Esta vez sí hubo nutrida representación de autoridades y hay que reflejarlo.
Minutos antes del comienzo había cierta expectación por la llegada de Cospedal. El que suscribe y desde el habitual lugar de conductor del acto, micrófono en mano, aguardaba el momento de que llegase a la tarima existente, lugar desde donde se hacen pequeñas entrevistas y preguntas a algunos de los marchantes.
El presidente de Marsodeto Tomás Vaquero agradeció la presencia en la marcha a Cospedal y servidor, ingenuo, pretendió hacerle un par de preguntas. La primera si era la primera vez que hacía la marcha; ella contestó afirmativamente con matices, pero cuando iba a hacer la segunda pregunta alguien con cierta «amabilidad» y sequedad me dijo que no había preguntas, llevándosela. A lo cual, como los allí presentes, me quedé extrañado de esa actitud, pues era la primera vez que alguien se negaba o me impelía a que renunciase a hacer preguntas, y menos al dirigirme a la máxima autoridad regional y madrina de Marsodeto.
Lo que queríamos saber muchas personas era si iba a hacer todo el recorrido o si algún coche la esperaba en algún lugar, como hacen bastantes autoridades o se salen de la marcha. La respuesta la obtuvimos poco más de dos horas de la salida cuando llegó impoluta al colegio «Infantes» y selló su último control. No pudimos saber si la patrocinaba alguien, si se cansó, si le gustó, aunque por las múltiples fotos y el baño de multitudes que se dio suponemos que la experiencia, como ella mismo dijo, le resultó «gratificante».
Fue una lástima que ni hiciese declaraciones a los periodistas allí congregados- bastantes por cierto- y que su séquito o su Gabinete de Comunicación funcione así, pues a mí me da que de comunicar tiene poco. Más bien pareció que se trataba de impedir el desgaste de la mandataria. No obstante tiene mérito hacerse casi nueve kilómetros en vaqueros y con abrigo».
Carlos Martín-Fuertes