No podían ser más… O no hay calificativos, como ustedes quieran. Pero lo que les vamos a contar es un hecho real que hemos conocido hoy. Ha sucedido en Ciudad Real y la operación de la Guardia Civil se conoció como «Lavadoro». El resultado, la desarticulación de un grupo organizado que se dedicaba al robo en domicilios y establecimientos públicos… ¡Aprovechando los entierros de los fallecidos!
Como lo leen. Porque el modo de operar de estos individuos era el siguiente: miraban las esquelas de las defunciones en los periódicos para cometer los robos en los domicilios del fallecido o de sus familiares mientras estaban en el entierro. Una vez que entraban en las casas y las desvalijaban se iban a Madrid, donde vendían todo lo que habían robado en diferentes establecimientos, donde se han recuperado gran parte de los efectos.
Y en otras ocasiones, hubiera entierro o no por medio, buscaban viviendas de fácil acceso desde el exterior, realizaban vigilancias para controlar las entradas y salidas y entraban cuando estaban seguros de que nada ocurría ni había nadie en su interior.
Los detenidos tienen entre 18 y 36 años y se les intervino gran cantidad de joyas y otros efectos, tales como televisiones, ordenadores, aparatos electrónicos… Que se están devolviendo a sus legítimos propietarios. En total se han esclarecido 20 robos, de los cuales ocho fueron en el interior de viviendas, tres en fruterías, cinco en tanatorios, uno en una gasolinera, dos robos en interior de vehículos y… ¡Un timo de la estampita!
¡No les faltó de nada! ¡Vivir para ver!