Un grupo de investigadores de distintas disciplinas, coordinado por el científico del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo Julián Taylor ha descubierto el alto valor terapéutico del ácido oleico, para tratar el dolor y la ansiedad, a través de una molécula modificada de aceite de oliva.
Los investigadores han comprobado el valor del ácido oleico para tratar el dolor asociado al nervio periférico y para la ansiedad, según ha informado hoy en una nota de prensa la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que gestiona el Hospital de Parapléjicos.
La molécula ha sido registrada por la Fundación del Hospital Nacional de Parapléjicos como una patente de uso y se ha dado licencia a la empresa biofarmacéutica «Lipopharma» para su posible explotación industrial y comercial, ha añadido.
El estudio, publicado en la revista científica Eur J Pain, apoya la idea de que los ácidos grasos tipo Omega 9 podrían ser modificados para aliviar algunos síntomas psicológicos del dolor.
El descubrimiento lo han realizado científicos y especialistas que provienen de la investigación básica y clínica del Hospital de Parapléjicos junto a investigadores de la Universidad de las Islas Baleares y de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
Las investigaciones llevadas a cabo con roedores, han permitido determinar cómo el fármaco no sólo inhibe la hipersensibilidad al dolor, sino que también controla el nivel de ansiedad que produce, algo que, de confirmarse en los ensayos clínicos, podría aportar un valor añadido muy importante a su efecto como analgésico.
En este sentido, el experto en dolor del departamento de Farmacología y Nutrición de la Universidad Rey Juan Carlos, Carlos Goicoechea, ha destacado que este compuesto «ha demostrado un importante efecto analgésico en uno de los dolores más difíciles de tratar que existe, el dolor neuropático».
Según este experto, el compuesto «es capaz de disminuir tanto la hiperalgesia (hipersensibilidad al estímulo doloroso) como la alodinia, situación en la que se desencadena una respuesta dolorosa ante estímulos que comúnmente no lo provocan, por ejemplo, el simple tacto».
Por su parte, el experto en aplicación de moléculas relacionadas con ácidos grasos de la Universidad de Aberdeen, Wenlong Huang, ha apuntado que los resultados «destacan el mecanismo de acción de la molécula modificada del aceite de oliva sobre la inflamación, particularmente las células microgliales, que juegan un papel importante sobre el desarrollo y mantenimiento del dolor neuropático».
Los investigadores del Hospital de Parapléjicos y otras entidades colaboradoras han encontrado que el compuesto induce un efecto anti-inflamatorio sin que se produzcan reacciones adversas importantes, debido a sus contrastadas propiedades de seguridad y tolerabilidad.
Al respecto, el doctor Taylor ha avanzado que como la molécula ha sido administrada por vía oral este tratamiento «podría tener una alta posibilidad de traslación al ámbito clínico.»
Además, se da la circunstancia de que la molécula con la que se han llevado a cabo los experimentos se deriva de un ácido graso natural, que es especialmente abundante en las aceitunas de variedad cornicabra que se cultivan en la denominación de origen Montes de Toledo.