«El habla nuestro» es el proyecto que ha inundado con más de 120 palabras antiguas las calles de Aldeanueva de San Bartolomé, un pueblo de unos 450 habitantes de la provincia de Toledo que no solo han apostado por imprimir esos vocablos en las puertas de sus casas, sino que -aunque nunca llegaron a perderse- incluso los han vuelto a poner de moda en su hablar diario.
El objetivo del ‘diccionario callejero’ es «dar un valor añadido a nuestro pueblo y que sea un atractivo para propios y extraños», ha resaltado en declaraciones a EFE el creador del proyecto, David García, el cual puso en marcha el proyecto hace más de 4 años.
Proyecto basado en el lenguaje de los antepasados
El proyecto se basa en el lenguaje utilizado por los antepasados de este pueblo y con el que han «logrado construir un diccionario callejero con las palabras que, a nivel estatal son muy poco usadas o incluso desconocidas que sin embargo para los vecinos del pueblo guardan un sentido tan entrañable y familiar», ha asegurado.
En este sentido, uno de los vecinos, Felix Posaero, ha explicado a EFE que la idea surgió a raíz de seguir la estela de otros pueblos que tenían sus calles decoradas con murales grafiteros de estampas típicas de esos pueblos, trasladarlo a Aldeanueva o «Aldeanovita» como también le denominan sus vecinos, pero era inviable.
«Por lo que se optó por recuperar una tradición, basada en las palabras muy típicas de aquí», ha señalado esta vecino. Asimismo el promotor de la idea ha añadido que «siempre ha llamado la atención, sobre todo a los más jóvenes, las palabras que usan a diario nuestros padres y abuelos. Su manera de expresarse y hablar. Por este motivo se unió el hacer algo tan nuestro e intangible, hacerlo visible y a la vez hacer del pueblo un lugar más bonito».
Tres pasos para participar
La iniciativa consta de tres pasos a seguir: el primero de ellos es elegir una de las más de 350 que conforman el diccionario, a excepción de las ya elegidas, el segundo elegir la ubicación y el soporte donde se va a instalar la palabra.
Los términos van acompañados de su correspondiente significado, por este motivo solo se pueden poner en puertas con superficies lisas. Además, cada vecino deberá de elegir si quiere que sea más grande o pequeña y si quiere que sea blanca o negra.
El último paso, es abonar ocho euros que corresponden al coste del vinilo, mientras que la instalación gratuita.
Y gracias a estos tres pasos, en las puertas de este pueblo se pueden leer palabras como «Achiscar: encender el fuego», «Andarríos: persona callejera», «Golienda: acción de husmear a curiosear algún hecho», «Mangaloso: fruto pasado de maduración y de sabor desagradable» y «Agilar: incitar a andar deprisa», entre otros términos.
«Las palabras usadas nunca se han perdido»
«No solo son palabras, si no que se quiere hacer partícipe al pueblo de ello», ha detallado Posaero. Igualmente, ha informado de que se realizan visitas guiadas donde se exponen las palabras en un significado mucho más extenso del que se puede ver.
Asimismo, Posaero ha afirmado que las palabras que conforman el diccionario «nunca se han perdido en el pueblo» y además, con la iniciativa «han florecido muchas que estaban muy en desuso».
«Ha generado economía»
En este sentido, Posaero ha resaltado el eco que está teniendo el proyecto, pues se ha notado el aumento de visitas y el interés de los ciudadanos «además, la iniciativa contribuye a curar la conciencia y a valorar lo que tenemos, pues, aunque sea poco es interesante».
Por su parte, el alcalde de Aldeanueva de San Bartolomé, Ángel de Bodas López, ha aseverado que «la iniciativa se nota en el pueblo, sobre todo los fines de semana es cuando más gente viene» y ha apuntado que se ha generado economía entorno al pueblo, porque los comercios lo notan.
«Me parece una iniciativa muy buena y estupenda«, ha asegurado De Bodas. Asimismo, ha subrayado que «el objetivo es llenar todas las puertas con palabras«, y ha celebrado que, a día de hoy, se siguen poniendo regularmente.
Igualmente, Posaero ha afirmado que el pueblo ha acogido muy bien el proyecto con el que «se recupera y florece el habla de nuestros antepasados, ya que todo lo que somos se lo debemos a ellos».