lunes, 25 de noviembre de 2024
artículo de opinión 15/05/2014junio 9th, 2017

«La gente va muy bien en cualquier acto público para llenar la cancha y hacer la ola…. La gente va muy bien para formar ejércitos y para dar ambiente ¡Viva la gente…!.

Viva la gente esa que va muy bien, repite Serrat en su canción mientras ojeo la prensa que habla de Bárcenas, del caso Noos, de los Eres, del fraude en la Patronal Madrileña… a esa «gente» sí que le va muy bien.


Desde las tertulias escucho cómo se reclama una regeneración democrática, «no hay nada más bello que lo que nunca he tenido» sigue Serrat. Se jalean consignas. Se concluye: nuestras instituciones, jueces, sindicatos, empresarios, políticos, son todos y todas corruptos. «Hombres de paja que usan la colonia y el honor para ocultar oscuras intenciones: tienen doble vida, son sicarios del mal», resuena Serrat.

Hoy los ciudadanos comienzan a atisbar ligeramente de puntillas la cruda y dura verdad, que quien financia manda, y que es el poder económico quien sufraga y compra voluntades. Porque estos que nos dijeron que la democracia era gratis, que bastaba con participar mínimamente esperando de los demás el esfuerzo que nosotros no éramos capaces de dar, nos engañaron. Y escucho a Juan Manuel entonar «entre esos tipos y yo hay algo personal».

Y cuando lo oculto sale a la luz, cuando descubrimos esa financiación de nuestras instituciones, cuando percibimos que el periodismo libre va resistiendo en pequeños reductos, y la mayoría se convierten en propagadores de consignas, porque están financiados con oscuras intenciones, tengo que tolerar en las tertulias con compañeros y amigos, lo inoculado tan sutilmente en esa mayoría silenciosa, «todos los políticos son iguales», corruptos, desconectados del sentir de la calle, ineficaces, aprovechados y sumisos a los intereses de partido, hasta llegar al «yo en las próximas elecciones no voto».

Y al régimen ¿qué le importa que tú no votes? Con que voten los fieles, los adscritos, los interesados, los temerosos, validarán el sistema y será el triunfo de la mediocracia. Y desde sus tribunas lo repetirán una y mil veces: «tenemos mayoría absoluta, triunfó la democracia». «No hay otro tiempo que el que nos ha «tocao», acláreles quién manda y quién es el «mandao»». Sigue sonando Serrat.

Pues aclarémoslo, me digo a mí mismo al escuchar la estrofa, impliquémonos, seamos un «lobby», influyamos para que las decisiones sean favorables a nuestras necesidades, que el ciudadano esté por encima de los intereses económicos, dejemos nuestras vanas discrepancias de ciudadanos críticos, unámonos, cambiemos el destino de la historia. Ya que tenemos que aceptar las reglas de juego que ellos nos imponen, utilicemos nuestro ilimitado poder, el poder de la gente».

Luis Fernández, afiliado de IU en la asamblea de Ciudad Real.

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