El secretario general de la Fundación ONCE, Rafael de Lorenzo, anima a Castilla-La Mancha a «redoblar esfuerzos y seguir el paso firme o, si es posible, apretar el paso» en cuanto al trabajo que realiza en favor del sector de la discapacidad.
En una entrevista concedida a EFE con motivo del reconocimiento que recibirá el Día de la Región con la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha, De Lorenzo ha hecho un repaso por su trayectoria profesional, por la situación del sector de la discapacidad y por los retos y desafíos que debe afrontar.
En esta comunidad autónoma, ha resaltado que se han producido «hechos relevantes» como la «gran consolidación» del movimiento asociativo con el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) que coordina todas las entidades con el apoyo de la Fundación ONCE.
Asimismo, ha considerado que ha habido una «creciente capacidad de incidencia política» de este movimiento asociativo ante el Ejecutivo regional que ha demostrado su «efectividad creciente y grande» con actuaciones importantes en términos de empleo y accesibilidad, por lo que la valoración es «positiva».
De Lorenzo cree que su distinción reconforta a los trabajadores de la ONCE
De Lorenzo ha señalado que este nombramiento para recibir la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha lo ha recibido con una «alegría enorme» por ser reconocido por la gente de su tierra, al tiempo que ha añadido que le «reconforta» porque no solo se le valora a él como persona sino el trabajo que desempeñan muchos hombres y mujeres en la ONCE.
«Creo que es un galardón al corazón para mí y un reconocimiento social hacia los demás», ha manifestado, al tiempo que ha asegurado que mantiene una «vinculación emocional» con su tierra porque, aunque su familia emigró cuando era pequeño, conserva «recuerdos visuales e imágenes» de su infancia en Hellín (Albacete) y en la pedanía de Isso, donde volvió los veranos con su familia e incluso fue reconocido también como Hijo Predilecto de Hellín.
Sobre su trayectoria, De Lorenzo ha recordado que lleva en la ONCE 40 años, que puso en marcha la Fundación ONCE y la gestionó durante 13 años, así como puso también en marcha diversas plataformas como el Cermi, el Comité Paralímpico Español o la Plataforma del Tercer Sector de Acción Social.
Entre los hitos a lo largo de estas cuatro décadas, ha hecho hincapié en que participó en la redacción de una parte de la Ley General de Discapacidad (antigua Lismi) y desarrolló la Constitución en materia de discapacidad.
Además, estuvo muy implicado en el proceso de mayor participación de la ONCE y de España en la Unión Europea, con «propuestas en materia de discapacidad para aquella Constitución no nata europea»; ha presentado un libro sobre legislación en discapacidad en el derecho europeo, y el último hito ha sido la implementación de la Convención de Naciones Unidas sobre el derecho de la discapacidad en los últimos 10 años.
Aparte de su trabajo como profesor tutor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en la democratización de la ONCE y como asesor laboral de la organización, De Lorenzo ha subrayado su trabajo como «activista social desde la perspectiva de lo jurídico y de la defensa de los derechos» durante todos estos años.
«Enormes avances» pero con «lagunas y objetivos» por conseguir
Con todo, preguntado por si se han conseguido suficientes avances para el mundo de la discapacidad, su respuesta es clara: «No, suficientes no. Porque por desgracia las necesidades no satisfechas se ven acrecentadas con nuevas necesidades que van surgiendo con el transcurso del tiempo».
No obstante, sí ha opinado que desde principios de los años 90 ha habido «una mejoría clara, in crescendo, cada vez mayor» desde que se creó el Cermi y la ONCE apostó por la solidaridad con otras personas con discapacidad, ya que se ha conseguido aunar esfuerzos y tener «una voz unitaria» en una estrategia común para lanzar mejoras legislativas, presupuestarias y de participación.
De hecho, ha resumido así: «Se han producido avances enormes estos últimos 35 años, pero a pesar de todo sigue habiendo grandes lagunas y objetivos por conseguir».
A este respecto, De Lorenzo ha defendido que la ONCE pretende afianzar cada vez más su propio funcionamiento desde el punto de vista de la cohesión, recursos económicos y atención plena de los problemas de las personas ciegas a lo largo de toda su vida para que se conviertan en «ciudadanos de pleno derecho».
Y hacia fuera, ha apostillado, la finalidad es «ir tejiendo un amplio engranaje de alianzas con otras formas de discapacidades afines como la pobreza o el voluntariado», para que lo social esté «cada vez en mejores condiciones de hacer frente a este tsunami hasta ahora imparable de lo económico, que se antepone y superpone sobre cualquier otra consideración humana o social», ha concluido