No fue un buen domingo electoral para uno de los propietarios del bar Amedros, en la ciudad de Toledo. Desde luego que no. Porque, tal y como pudo conocer encastillalamancha.es, el susto que se llevó fue de órdago. Situémosnos…
Eran cerca de las 11.30 de la mañana del día 25 y abrió el local, situado en el barrio de Buenavista. En un momento determinado accedió a la parte de atrás y cuando regresó se encontró con una persona que le dijo que si podía tomarse un refresco, a lo que, como es obvio, dijo que sí. Momento en el que entró una segunda persona, compinche del primero, con la clara intención de robar. Por lo que inmediatamente echaron el cierre para que nadie viera nada desde fuera.
Y para que en su «trabajo» no les molestara ni siquiera el dueño, pues no se les ocurrió otra cosa mejor que coger la cadena con la que protegía las sillas y las mesas de la terraza y encadenarle para que no pudiera hacer nada. Y así actuar a sus anchas. Dicho y hecho. En apenas unos minutos se llevaron el dinero que había en la caja, poco dadas las horas, y se marcharon después de actuar con absoluta impunidad.
Dentro dejaron al propietario encadenado, claro.
Fue uno de los trabajadores del local quien cuando llegó se encontró con la «película». Es decir, con su jefe sin poder moverse, por lo que de inmediato llamó a la Policía Nacional. Y fueron éstos quienes con una cizalla cortaron la cadena para dejarle libre.
Vivir para ver.