La diputada del PP considera que “habrá que decirle alto y claro a Lamata que su tiempo ha acabado. Que ya no tiene nada que hacer por aquí. Aquí ya no ha dejado nada por destrozar, nada por arrasar”.
María José Agudo, diputada regional del Partido Popular por Guadalajara, ha mostrado este viernes su «más absoluta indignación» por lo que ella considera «desparpajo inadmisible» del exconsejero de Salud y Bienestar Social, Fernando Lamata, de quien entiende que «su sitio debería ser más el banquillo de los acusados que los estrados de las ruedas de prensa, sobre todo a la vista del goteo incesante de irregularidades que han dejado sus muchos años de lamentable gestión en la sanidad de Castilla-La Mancha «.
Según María José Agudo, «llamar sinvergüenza a Lamata no sería un exceso: es un sinvergüenza porque no tiene vergüenza, la ha olvidado, no tiene pudor, ya que carece de él buscando alguna justificación dentro del PSOE para seguir cobrando algún buen sueldo de las arcas públicas que él y los suyos han desvalijado durante años. Vergüenza le debería dar a Lamata, si tuviera la vergüenza de la que carece, al ver el panorama que ha dejado en esta región, de lo cual no solo es cómplice sino uno de los mayores responsables».
Agudo se ha preguntado retóricamente «¿cómo se atreve este hombre a seguir pisando Guadalajara, después de haberse venido a nuestra tierra, que no es la suya, a mendigar para sí un sueldo como diputado regional? ¿El que nos ha arruinado es el que nos va a perdonar ahora la vida y nos va a salvar? A pocos como a él, le caben el adjetivo peyorativo de «paracaidista». Se lo impusieron desde Toledo a la señora Pérez León, especialista en desastres, y aquí nos lo han dejado, para que ponga buena cara y lance con voz suave las mayores mentiras posibles».
Especialmente contundente se ha mostrado la diputada regional al considerar que «en un país mejor organizado de lo que ha estado este en los último años, habría conductas de algunos cargos públicos que deberían llevar directamente a tener responsabilidades personales, incluso penales. El despilfarro continuado e irresponsable debería estar penado. En ese caso, Lamata no mostraría así su ofensivo desparpajo actual, de no asumir ni una sola de sus muchísimas responsabilidades pasadas y aún muy recientes. Su larguísima trayectoria como nefasto gestor no puede quedar impune».
Recuerda María José Agudo que «este es el mismo personaje que actuó como secretario general del Ministerio de Sanidad poniendo las bases para el descalabro financiero actual. Es un experto en poner cara de inocente mientras nos mete la mano en el bolsillo para malgastar lo que era nuestro, lo que era de todos y ellos han hecho desaparecer. Afortunadamente, ya no lo puede hacer más, porque entre todos los españoles y castellano-manchegos lo hemos impedido en las urnas».
A este respecto, la parlamentaria del PP destaca que Lamata «es un pésimo gestor político que nos ha dejado a todos los que vivimos en Castilla-La Mancha una deuda de 100 millones de euros por sacar de forma temeraria tratamientos a la sanidad privada desde la sanidad pública. ¿Cómo puede dar lecciones de nada? – Si Fernando Lamata Cotanda ha contado con la complicidad de Bono, Zapatero y Barreda para sus desmanes durante 13 años, habrá que decirle alto y claro ya de una vez por todas que su tiempo ha acabado. Que ya no tiene nada que hacer por aquí, por aquí ya no ha dejado nada por destrozar, nada por arrasar».
Por el contrario, Agudo ha destacado que «desde el Partido Popular estamos ahora para recomponer todo este desaguisado, algo que solo el Partido Popular puede hacer, porque tenemos las dosis suficiente de sentido común y de voluntad para hacerlo y, además, el mandato mayoritario de nuestros conciudadanos. El PP está aquí y ahora para superar esa red continuada de latrocinios que han sido la empresa pública Don Quijote, como último ejemplo, y todo lo que nos ha avergonzado durante años y años en esta región».
Finalmente, ha replicado también a Fernando Lamata que si el político socialista «quiere que hablemos de listas de espera, que es algo que ahora parece gustarle mucho, le podemos orientar dónde tiene las mayores listas de espera: la de los miles y miles de acreedores que dejó Barreda y él también, como cómplice que ha sido siempre del desastre del PSOE en el Gobierno de Castilla-La Mancha».