Los restos mortales de la ventrílocua y humorista Mari Carmen Martínez-Villaseñor, conocida artísticamente como «Mari Carmen y sus muñecos» yacen ya en el cementerio municipal de Cuenca, su ciudad natal, tras un sentido funeral que se ha celebrado en la iglesia de San Pedro de la capital conquense.
El cuerpo de la artista ha llegado a la iglesia de San Pedro, ubicada en el casco antiguo de Cuenca, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sobre las 11 horas, tras el velatorio que se ha desarrollado en Madrid unos días después de que falleciera la semana pasada en Tenerife.
Doña Rogelia, «presente» en el entierro
Durante la ceremonia religiosa, sobre el ataúd ha estado una foto de Mari Carmen con «Doña Rogelia», el muñeco más conocido de la ventrílocua.
Hasta la iglesia de San Pedro se han desplazado el hijo de la artista fallecida, Miguel Almanzor, junto a familiares, amigos y vecinos de Cuenca, a donde volvía con frecuencia a su vivienda ubicada en la calle San Juan de la ciudad, cuyo Ayuntamiento le dedicó en 2011 una vía en el callejero.
También ha acompañado a la familia en el funeral el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, quien ha desvelado que ha estado en contacto estos días con Miguel Almanzor, al tiempo que ha destacado que la artista ha llevado «el ser conquense» por todo el mundo.
Cuenca le hará un reconocimiento
Dolz ha dicho que ha querido «acompañar a Mari Carmen en su vuelta a Cuenca», y ha avanzado que en el Ayuntamiento ya piensan en hacer próximamente algún reconocimiento a la ventrílocua, que fue nombrada hace unos años ‘Hija Predilecta de Castilla-La Mancha’ por el Gobierno regional.
Al funeral han asistido también algunas vecinas de Cuenca que han querido despedir a Mari Carmen en el templo, entre ellas Lucía, Mari Carmen y Luz, quienes han recordado en declaraciones a EFE que la artista fallecida siempre volvía a su ciudad natal a las fiestas «y a los toros».
«Yo la conocía de vista, pero siempre me saludaba con un cariño especial y me ha emocionado que se quiera enterrar en Cuenca», ha comentado una de ellas en referencia a la tumba que ella misma encargó en vida hace años y en la que sobre un mármol gris figura la frase «Siempre Mary Carmen y vuestros muñecos. Reiremos desde el cielo».
Sus muñecos han sido los protagonistas de las muchas coronas con flores rosas y margaritas blancas en las que se podía leer: «Nos has dejado mudos. Nikol, Daisy, Rodolfo y Dña. Rogelia».