La Empresa Nacional de Residuos Nucleares (Enresa) calcula que a finales de 2015 dispondrá del permiso de construcción del ATC en Villar de Cañas (Cuenca) y a principios del mismo año de la autorización previa de emplazamiento.
Según ha informado hoy el director técnico de la empresa pública, Álvaro Rodríguez Beceiro, Enresa ya ha empezado a trabajar con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), cuyo informe es preceptivo para el licenciamiento y la construcción de la instalación conquense.
Durante un viaje de prensa a los almacenes temporales de residuos nucleares de Bélgica y Holanda, Rodríguez Beceiro ha explicado que en estos momentos también están elaborando «el proyecto de detalle» de la instalación de Villar de Cañas, ya que hasta el momento sólo existía el de carácter genérico.
A su vez, las administraciones están realizando los estudios de seguridad, así como los primeros pasos para emitir la futura y obligatoria declaración de impacto ambiental.
El 13 de enero de 2014, Enresa envió la solicitud de autorización de emplazamiento y de construcción al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, y éste a su vez al CSN, que es el máximo organismo español responsable de velar por la seguridad nuclear y protección radiológica de la población.
«Está previsto que tengamos la autorización previa de emplazamiento a principios de 2015, entre enero y febrero, y la autorización de construcción entre agosto y septiembre de 2015», ha agregado el ingeniero.
Por otro lado, ha apuntado a la previsión de que a finales de 2016 esté construido el almacén de espera de contenedores del ATC de Villar de Cañas donde, entre otros, reposarán los materiales radiactivos de la central de Vandellós I, actualmente depositados en La Hague (Normandía, Francia).
Y para abril de 2018 estarán se prevé que estén construidas las bóvedas subterráneas de la instalación principal del ATC.
Ha insistido, además, en que no se han registrado desviaciones en el presupuesto inicialmente previsto para el proyecto (927 millones de euros) y que no se espera que las haya, y ha descartado la existencia de problemas geotécnicos en el terreno seleccionado, tal y como han denunciado las organizaciones ecologistas en reiteradas ocasiones.