El PSOE de Castilla-La Mancha apuesta en la ponencia marco que debatirá en su décimo congreso por abrir el partido a la sociedad e incluso por que el candidato a la Junta salga de un «amplio» proceso de elección, «incluso de carácter universal de militantes y simpatizantes», las denominadas ‘primarias a la francesa’.
Así consta en el documento programático de los socialistas castellanomanchegos, que afrontan el último fin de semana de febrero en Toledo su primer congreso en la oposición, conscientes de que los resultados cosechados en los últimos procesos electorales no se explican sólo por los efectos de la crisis económica.
Un congreso en el que previsiblemente Emiliano García-Page sustituirá a José María Barreda al frente del PSOE, algo que decidirán 332 delegados: 84 de Ciudad Real, 74 de Toledo, 52 de Albacete, 33 de Cuenca, 29 de Guadalajara, 20 de Juventudes Socialistas, seis de organizaciones sectoriales, tres miembros del Comité Regional y otros 28 de la Comisión Ejecutiva Regional.
En la ponencia marco, consultada por Efe y a la que se han presentado alrededor de 1.080 enmiendas, el PSOE se compromete a ofrecer un nuevo proyecto a la región y a hacer una oposición basada en la firme defensa del agua y de la sanidad, educación y servicios sociales, a su juicio amenazados por las políticas de «recortes» que el PP aplica con el «pretexto» de la austeridad.
En su análisis, el PSOE asume que, con una militancia decreciente y envejecida, ha pasado de ser un partido de masas a uno de electores, de modo que afronta el reto de rejuvenecer la organización y de incrementar la base de militantes y simpatizantes.
Es decir, de lograr que acercarse al PSOE sea «un orgullo» y no «una rémora».
Los socialistas castellanomanchegos consideran imprescindible el nacimiento de nuevos liderazgos con personas que no tengan sólo reconocimiento interno, sino también de los electores.
Los dirigentes, según la ponencia, deben ser coherentes («vivir como se piensa y pensar cómo se vive»), al tiempo que también debe haber coherencia en el discurso en todos los ámbitos territoriales.
La ponencia recoge la necesidad de ampliar la participación y la democracia, hacer un partido «atractivo para los ciudadanos», no sólo por las ideas, sino también por los mecanismos de participación.
Es en ese contexto en el que plantea un nuevo modelo participativo en el que los candidatos a la Junta «se sometan a procesos amplios de elección, incluso de carácter universal de militantes y simpatizantes», pues, «cuanto más respaldo social tengan, más atractivos se harán a la ciudadanía».
Se trata de una novedad que encaja con el discurso del que será previsiblemente nuevo secretario general del PSOE en la región, Emiliano García-Page, quien ha subrayado que lo que toca elegir ahora es al máximo responsable del partido, no al candidato a la Junta.
El PSOE castellanomanchego, en cualquier caso, es consciente de que esta apuesta por «las primarias a la francesa» debe ser ratificada por la Conferencia Política que el partido convoque para debatir este asunto a nivel federal, según han indicado a Efe fuentes de la actual dirección.
Además, el documento apuesta por que los cargos orgánicos e institucionales electos tengan su mandato limitado a tres congresos.
El PSOE subraya la necesidad de trabajar «todos juntos sin fisuras» y de recuperar la «identificación» entre Castilla-La Mancha y el PSOE, en cuanto este «es el mayor defensor de los intereses de nuestros conciudadanos», el partido «que más se parece a la región y mejor la defiende».
Los socialistas reconocen los problemas que tienen para llegar a los ciudadanos en los grandes núcleos urbanos y que la excesiva presencia en las instituciones ha terminado por suplantar e incluso eclipsar el partido.
Pese a esa autocrítica, la ponencia exponen que la derrota sufrida ha sido «política», pero no «moral» y defiende al secretario general saliente, José María Barreda, que «salió de la Presidencia con mayoritario aprecio y reconocimiento popular, al igual que lo tuvo mientras la ejerció».
El documento defiende la «herencia» dejada en la comunidad, un «enorme patrimonio público», y aunque reconoce que ese esfuerzo ha generado problemas financiero, sostiene que «los castellanomanchegos no merecían menos».
En ese sentido, el PSOE avisa de que «la supuesta quiebra de la Junta» es un pretexto de los actuales gobernantes para «desmantelar» esas prestaciones sociales y privatizar el patrimonio público.
El documento es muy crítico con el PP, al que acusa de haber sido «un lastre» para la construcción de la comunidad, de subordinar los intereses de la región a los de su partido y de haber cometido una «traición y deslealtad» en el frustrado proceso de reforma del Estatuto de Autonomía.