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11/06/2014junio 9th, 2017

El Museo Sefardí en Toledo ha finalizado su programación de actividades de primavera con la ponencia “Indiana Jones vive en el pueblo de al lado. Reflexiones sobre la muerte y los muertos en Toledo”, a cargo del arqueólogo Arturo Ruiz Taboada, doctor en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid que en los últimos años ha centrado su investigación en la arqueología de la arquitectura y en el mundo funerario medieval de Toledo, además es el responsable de la excavación de la necrópolis del Cerro de la Horca, en la capital castellanomanchega.

En el mapa facilitado por el arqueólogo Arturo Ruiz Taboada se pueden ver las tumbas localizadas. Son las de Santa Leocadia (tumbas del romano, visigodo, medieval-cristiano), Circo Romano (medieval-musulmán, medieval-cristiano, converso musulmán y converso cristiano), Quixote Crea (medieval-cristiano, musulmán y judío), San Eugenio (medieval-cristiano y musulmán), Ies Azarquiel (judío) y Puerta del Vado (medieval-musulmán).


Cuando Arturo Ruiz Taboada asegura a Encastillalamancha que toda la llanura norte de Toledo está plagada de tumbas romanas, visigodas y medievales ocupando los caminos de acceso a la ciudad, como si de una especie de «alfombra llena de tumbas» se tratara, es inevitable no estremecerse. Cuando continúa explicando lo que ha pasado durante siglos y siglos… Bueno, en este caso, una se sigue estremeciendo aunque ya tiene argumentos para evitar hacerlo.

En el año 2009 se realizó la primera excavación en Toledo lo que permitió acotar la necrópolis judía. Una investigación que provocó un conflicto internacional, recuerda Taboada, si bien se solucionó enterrando de nuevo los restos en el mismo lugar con el ritual judío.

Tras esa primera experiencia llegarían más, si bien el trabajo de campo se hace poco a poco porque hay que tener en cuenta que dichos cementerios se encuentra precisamente en los barrios ya edificados de Santa Teresa, la Reconquista, San Lázaro y San Antón. El trabajo ya realizado apunta que toda esta llanura norte de Toledo estaría llena de tumbas.

Las que ya han conseguido localizar, que se suele producir cuando se hace alguna construcción, son «muy sencillas, porque las tumbas principales -las de reyes, nobles…- se ubican en otros sitios». En éstas «se suelen encontrar los esqueletos bien colocados, lo que nos permite ver de que religión eran», comentaba Taboada, quien apuntaba, a modo de ejemplo, que en unos 300 metros cuadrados pueden encontrarse entre 100 y 150 tumbas. De hecho, «solo en la superficie del actual Quixote Crea aparecieron 1.500 enterramientos», puntualizaba Taboada, quien destacaba que poco a poco se van delimitando los diferentes cementerios, pero aún queda mucho ya que estima que solo se conoce un 5 por 100 del total de la superficie.

Como curiosidad, este arqueólogo interesado en el mundo funerario medieval de Toledo destacaba que en el mismo espacio, y con el paso de los siglos, se han llegado a situar unas tumbas sobre otras. 

Taboada recalca que «el patrimonio funerario de Toledo no tiene nada que envidiar al del resto de la ciudad», sin embargo es consciente de que al estar bajo los barrios «es el menos conocido y el más vulnerable».

Con este trabajo, aún en «ciernes» como indica el ponente, se puso punto y final a las jornadas organizadas por el Museo Sefardí y realizadas por investigadores que, como el título del ciclo indica, han situado la arqueología y la historia de Toledo «en la escena del crimen». 

Imagen de una tumba musulmana.

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