Al atardecer del miércoles de Ceniza, fecha divisoria entre el Carnaval y la Cuaresma, aparecen por las calles de Cogolludo (Guadalajara) de cuatro a seis personajes vestidos de blanco, con fajas y pañuelo rojo y encapuchados con un saquillo de tela blanca provista de agujeros y respiradero.
Van armados con un orinal o un pequeño brasero, lleno de chocolate y acompañado de bizcochos… A todo el que encuentren le invitarán a probarlo, si reciben una negativa embadurnarán con el cacao al viandante en rostro y manos. Suelen actuar por parejas y se les podría considerar portadores de la tentación: si aceptas probar el chocolate pecarás al romper el ayuno de esta fecha en que se estrena la Cuaresma, si no aceptas, se vengarán manchándote de chocolate.
Su comportamiento es cercano al de las botargas en su recorrido por las calles, incluso hace años se colaban por puertas y ventanas tras las mozas.
Se la podría considerar la última tradición del carnaval, el estertor de éste, el último ofrecimiento de estos blancos diablillos hacia el pecado antes de la Cuaresma, tiempo de ayuno y recogimiento por la próxima muerte de Cristo en la Cruz.
La salida de los chocolateros de Cogolludo está prevista a las 17:00 horas desde la Casa de la Cultura. A continuación, habrá un pasacalles por el pueblo hasta la Plaza Mayor donde en una hoguera se mantiene el chocolate caliente que posteriormente podrá degustar todo aquel que se acerque.