El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha valorado que el resultado electoral de las elecciones generales del 23J, con una división entre dos bloques y con la mayoría en manos de los catalinistas de Junts, es un escenario que es «diabólico para la gobernación y convivencia de España». Ya contabilizado el voto CERA, los resultados arrojan un escenario en el que Feijóo tiene casi imposible gobernar y donde el PSOE necesitará o un «sí» de Junts o buscar otras alternativas como podría ser un apoyo de Coalición Canaria. La otra vía posible es la celebración de unas segundas elecciones generales.
Page ha subrayado, en unas declaraciones hechas a Europa Press, su «preocupación» porque en España se asuma «con normalidad» la dialéctica de bloques entre izquierdas y derechas. A su vez, considera que el PSOE es un partido con «metabolismo incluyente», aunque ha avisado que en el nuevo Congreso salido de las urnas habrá «partidos excluyentes», ya sea por su «ideología radical» o por sus pretensiones «separatistas».
Por eso, el presidente castellanomanchego ha pedido «dejar a salvo de la soberanía de todos los españoles» y «la ausencia de privilegios» en otros territorios para iniciar las conversaciones que lleven a una posible investidura de Sánchez.
Page descarta la idea de Vox de un «tamayazo»: «Soy demócrata y respeto lo votado»
«El PSOE no va a tener ansiedad de gobernar»
A partir de ahora, los dos candidatos con posibilidades para la investidura, Feijóo y Sánchez, Sánchez y Feijóo, tendrán que mover los hilos de la negociación para conseguir los apoyos de la Cámara. En esas negociaciones, parece que, por ahora, el PSOE mantendrá un perfil bajo esperando que el PP pueda fracasar en un primer intento de investidura – así lo reflejan las pocas intervenciones del PSOE y de Sánchez en este sentido.
Esta idea de ‘perfil bajo’ del PSOE la ha cristalizado Page, al afirmar que «el PSOE no va a tener ansiedad por gobernar». Sin embargo, también ha añadido que «no va a hacerlo con saldos o a cualquier precio».
Con todo, el barón socialista se ha mostrado «esperanzado» que el futuro de las políticas sociales puedan reeditarse con un Gobierno de Sánchez, pese a mostrar su «preocupación» por la cohesión de España.