La antigua discoteca «Agua Loca» de Toledo podría tener una segunda vida. Eso es lo que pretende un nuevo macroproyecto de turismo rural donde tendrían cabida las autocaravanas y al que aún le falta el «OK» de las administraciones, aunque el Ayuntamiento de Toledo ya ha mostrado su conformidad. Detrás de este macroproyecto urbanístico y turístico se encuentran dos apellidos muy conocidos en la capital regional: Sánchez-Garrido y Corroto.
El informe del proyecto, al que ha tenido acceso ENCLM, comprende la construcción de un complejo rural que incluye apartamentos para alojar a unas 150 personas en habitaciones de 2,4 y 6 plazas. Además, incluye un parking para entre 150 y 200 vehículos y, sobre todo, para 132 caravanas. En total, el complejo prevé que 506 personas puedan alojarse en él. La propuesta es que pueda explotarse durante 40 años.
Este jueves 10 de agosto, el proyecto ha salido a información pública, tal y como recoge el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, y hay un plazo de 20 días presentar alegaciones ante el Registro General del Ayuntamiento de Toledo.
Modificación del POM y ‘recalificación’ de terrenos
Un dato importante, la antigua discoteca «Agua Loca» se encuentra a escasos 5 kilómetros del parque temático Puy du Fou. En línea recta, esa distancia se reduce a apenas 2 kilómetros. «El proyecto plantea la realización de un complejo de turismo rural que, además de ofrecer alojamiento, dispone de una serie de servicios complementarios para el visitante, consistentes en restaurante, zona de juegos infantiles y piscina», se explica en el informe que ha presentado la empresa Ad Maiorem S.L. y que ha realizado Jesús Corroto Briceño, gerente del Consorcio de Toledo, a través de su estudio de arquitectura Corroto Arquitectura.
Para poder construir este macrocomplejo turístico en Toledo, primero habrá que recalificar los terrenos. El suelo en el que se asentaría es, en estos momentos, suelo «no urbanizable/rústico», según dicta la Orden 197/2018, por eso el proyecto debe salir a información pública. Los servicios del Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Toledo han valorado positivamente que pueda hacerse realidad el macrocomplejo. La justificación es que se asienta sobre unas edificaciones que ya existen y que afirman que se podrá preservar su carácter rural original.
Un apunte para nada desdeñable: el Consistorio exige la reforestación de 15.000 metros cuadrados de superficie para justificar la construcción del macroproyecto. En el proyecto se recoge que la parcela tiene concedidas tres captaciones de agua autorizadas por la Confederación Hidrográfica del Tajo y que provienen de acuíferos de «interés local».
Dos apellidos muy conocidos detrás del proyecto
Detrás de este proyecto está Joaquín Sánchez-Garrido Juárez, un apellido reconocido en Toledo. A través de la empresa Ad Maiorem S.L., el hijo de Joaquín Manuel Sánchez Garrido, exalcalde de Toledo, diputado en el Congreso de los Diputados y de las Cortes de Castilla-La Mancha, es quien pilota el proyecto. Sánchez-Garrido Juárez es abogado y especialista en Derecho Urbanístico y fue quien elaboró el PSI (Proyecto de Singular Interés) «Puy de Fou», tal y como consta en su propio currículum.
A su vez, Jesús Corroto Briceño, gerente del Consorcio de Toledo, es quien ha realizado el proyecto mediante su estudio Corroto Arquitectura.
«Agua Loca» podría tener un segundo uso, aunque quedan preguntas en el aire. ¿Cómo podría afectar este complejo a la salud del Tajo? ¿La Declaración de Impacto Ambiental será favorable? Por ahora, «Agua Loca» continúa como un terreno abandonado. Parece que no por mucho tiempo.