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28/06/2014junio 9th, 2017

La tetrapléjica argentina María Laura Cisneros confía en poder volver pronto a su país tras recibir el alta médica en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde ha estado varios meses, si finalmente una compañía comercial accede a trasladarla, ya que hasta ahora se niegan a hacerlo.

Según explica, aunque recibió el alta médica el pasado 15 de junio, de momento no puede volver a su casa en Córdoba (Argentina), porque la compañía Aerolíneas Argentinas se niega a darle un pasaje en uno de sus aviones y no hay dinero para pagar un avión sanitario, como el que la trajo a España en diciembre de 2013.


María Laura, una profesora de educación física y danzas folclóricas de 33 años, sufrió hace cuatros años una lesión medular que la dejó casi inmovilizada y conectada a un respirador artificial, del que dependía para vivir hasta que le han implantado un marcapasos diafragmático en el Hospital de Parapléjicos.

Para poder venir a España, ganó un pleito para que el Estado argentino pagara el viaje para operarse por su condición de funcionaria pública, ya que en Argentina no se hace este tipo de intervención quirúrgica.

Pero una vez que ha recibido el alta médica no hay dinero suficiente para pagar un avión sanitario y Aerolíneas Argentinas dice que debe viajar en una aeronave de ese tipo, por lo que no accede a darle un pasaje en un avión comercial.

NO LO ENTIENDE PORQUE HA ENVIADO TODOS LOS INFORMES

María Laura no entiende la postura de la compañía, ya que la neumóloga de Hospital de Parapléjicos, Claudia Gambarrutta, ha enviado todos los informes que le ha requerido la empresa, en los que asegura que puede viajar sin riesgo.

«Ellos dicen que yo soy una paciente que tiene que ir en un avión sanitario, que ellos no me pueden llevar, pero hay muchas personas en situación parecida que viajan en avión», asegura María Laura, que desconoce si la compañía tiene algún motivo especial para negarle el pasaje en una de sus aeronaves.

A su vez, el Estado argentino se está demorando en poner el dinero para poder regresar en avión medicalizado.

Es una situación ya conocida por María Laura, quien recuerda: «tuvimos que esperar más o menos un año hasta que la nación depositara algún dinero para poder venir» y teme que vuelva a repetirse, aunque confía en que no tarde otro año en poder volver.

«Creo que estamos en la misma situación: no podíamos venir y ahora no podemos volver», lamenta María Laura Cisneros, que está acompañada en Toledo por sus padres.

En cualquier caso, confía en que den resultado las gestiones judiciales que está haciendo en Argentina el juez federal Alejando Sánchez Freites, para que el Gobierno se encargue de enviar un avión sanitario, aunque aún espera poder viajar en un avión comercial.

CONTACTO CON EL CONSULADO

Con este fin, su familia se ha puesto en contacto con el Consulado de Argentina en Madrid, que ha hecho gestiones ante la compañía aérea, que ha mantenido su negativa a darle un pasaje.

María Laura demanda a Areolíneas Argentinas «que hagan un esfuerzo» y que traten de solucionar el problema.

«La verdad es que esto, aparte de doloroso, es muy triste. Es triste pensar que se tengan que hacer todo este tipo de movimientos para que alguien se mueva o nos escuche de alguna manera, porque en realidad es un tipo de discriminación lo que están haciendo», manifiesta María Laura Cisneros.

Su madre, Lilia Leguizamón, piensa que la negativa de Aerolíneas Argentinas es «por desconocimiento» de sus médicos.

La doctora Gambarrutta se hace responsable y les ha garantizado «que María Laura está en perfectas condiciones de poder viajar», enfatiza Leguizamón.

Para viajar irá acompañada de un fisioterapeuta y la única condición es que vaya en primera clase, señala la madre de María Laura.

Lo único que tendría que llevar el fisioterapeuta serían los medicamentos de base de María Laura, un ambu (balón autoinflable de asistencia respiratoria) y un aspirador portátil, «nada más, no necesita oxígeno», destaca Lilia Leguizamón.

Además, al tratarse de una compañía estatal «el Gobierno bien puede ordenarle que la acepte como pasajera», sugiere Leguizamón, quien insiste: «María Laura no tiene ningún problema, está en perfectas condiciones».

También lo entiende así la doctora Gambarrutta, que según la madre de María Laura: «está enojada porque dice que todos sus pacientes se manejan, van y vienen en avión y no hay ningún problema, porque el marcapasos diafragmático le está funcionando correctamente las 24 horas del día».

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