El fotógrafo Pepe Castro ha elegido en esta ocasión a la actriz Blanca Jara, una de las caras de «Gran Reserva». Verla en «El Clavo de oro» y querer fotografiarla ha sido todo uno para el fotógrafo, impresionado por la personalidad y la presencia de su modelo.
«Una de las caras reconocibles de la serie «Gran Reserva» es sin duda Blanca Jara. A pesar de su juventud, a sus espaldas cuenta ya con un serio bagaje en películas, teatro y series de televisión, pero tengo que reconocer que ha sido verla recientemente en «El Clavo de Oro» lo que ha hecho que estuviera deseando conocerla y fotografiarla.
Hago las gestiones precisas y días mas tarde quedamos para charlar y comer antes de la sesión fotográfica, a la que amablemente ha accedido, en el restaurante de mi amigo Cipri.
Algún problema que ahora no recuerdo le hace retrasarse, pero me avisa de ello por teléfono. Espero repasando algunos apuntes, hasta que unos minutos después la veo entrar en el restaurante y dirigirse hacia mi mesa. Alta, elegante en el andar, larga melena y regalándome una sonrisa desde varios metros antes del saludo con dos besos son los preliminares, y así la primera impresión que me deja Blanca es la de un soplo de aire fresco y la promesa de una excelente velada.
Muy despierta y de conversación inteligente, efectivamente la comida se convierte en una charla entre amigos, en la que me siento tan a gusto, que dos horas parecen a penas… 10 minutos.
Sé que ha llegado el momento de ponernos a trabajar, y aunque me apetece enormemente porque ya hace rato que estoy imaginando su retrato, de alguna manera no quiero dejar la mesa y la conversación que tanto me gusta.
Nos trasladamos a otra estancia antes de que estemos listos para empezar en poco tiempo; tan solo queda medir y algún último ajuste. Se sienta frente a los flashes; observo, quiero aprovechar la desnudez de sus hombros, su larga melena que muestra su dulzura y a la vez transmite esa frescura que me invadió al principio… muchas cosas para una sola imagen.
Disparo varias veces. La luz me gusta mucho, es suave y perfila toda la silueta contra el negro del fondo. Durante varios minutos sigo conversando y disparando mi cámara. Tengo en la mente ya varias tomas que creo me van a servir. Pero continúo, es difícil decidirme por una y algo me dice que lo mejor está aún por llegar. Efectivamente, poco después parece que todo lo que quiero se conjura en unos breves segundos, que Blanca me regala y yo aprovecho… ¡ClicK!