La avanzadilla fue una joven menor de 16 años, quien llamó a la puerta de una casa en Tarancón (Cuenca) y pidió comida a la persona que la abrió. Aprovechando que la víctima se dirigió a la cocina a por algún alimento, pero como había dejado la puerta abierta, la menor y otras dos mujeres que aparecieron de repente entraron en el interior del domicilio, se abalanzaron sobre ella, la arrojaron al suelo y la amenazaron con una pistola para que les diera lo que tuviera en la casa.
Se apoderaron de tres teléfonos móviles, tres ordenadores portátiles, varias joyas, seis relojes y un monedero y se marcharon.
A raíz de este caso, la Guardia Civil estableció la operación «Santa Corona» e identificó a una de las implicadas en el robo, quien fue reconocida por la víctima y posteriormente detenida como presunta autora de un robo con intimidación. No tardaron mucho tiempo en detener a las otras dos implicadas, una de ellas también menor de edad.