Domingo 17 de septiembre en el casco histórico de Toledo. La comunidad religiosa se concentra en la Iglesia de San Andrés para homenajear a la Virgen de la Alegría en una eucaristía. Miembros del Gobierno del Ayuntamiento de Toledo de PP y Vox asisten a la misa, con Inés Cañizares, vicealcaldesa, a la cabeza. Hasta ahí, nada más lejos de lo habitual en la Ciudad Imperial, recorrida por un fervor religioso.
Sin embargo, la figura del ultraderechista Blas Piñar, militar retirado del Ejército, expedientado por sus declaraciones defendiendo a los promotores del intento de golpe de Estado del 23F (Manifiesto de los 100), protagonizó la ceremonia religiosa. Piñar, también nieto de Blas Piñar, otro militar que apoyó a Franco en el golpe de Estado de 1936, además de fundar Fuerza Nueva, impuso a un fajín a la Virgen. En esa misma misa, el sacerdote José Ángel Jiménez Frutos exaltó a la imagen como «generalísima de todos los ejércitos, la reina de nuestros corazones», usando el apelativo con claros tintes franquistas y antidemocráticos, como recogía elDiarioclm.es.
Ni los miembros del PP ni de Vox que asistieron a la misa emitieron declaración alguna condenando unas palabras que apelan a una de las épocas más oscuras de España. De hecho, fue al contrario, la vicealcaldesa de Toledo publicó en sus redes sociales imágenes con el coronel retirado, un hombre de otra época que aún parece gozar de honores en el propio Ejército, aun habiendo sido detenido y arrestado por indisciplina y por descalificar a la cúpula militar.
Las asociaciones religiosas lo califican de «ultraje a la Virgen»
La respuesta de la comunidad religiosa de Toledo ante este acto protagonizado Piñar fue inmediata. La comunidad católica de la ciudad, cofradías y hermandades de la Virgen de la Alegría de Toledo, enviaron un comunicado a los medios de comunicación condenando el acto. La comunidad considera que el acto con el ultraderechista, «un individuo cuyas posturas políticas han sido asociadas con extremismos y discursos no democráticos», es algo que «plantea graves cuestionamientos sobre los valores democráticos y la tolerancia en nuestra sociedad».
Por ello, los devotos de la Virgen de la Alegría piden a las autoridades eclesiásticas que prohíban el uso «de este fajín retirado que ultraja el nombre de la Virgen de Toledo». El uso de este símbolo, el fajín militar, es «inapropiado e irrespetuoso hacia nuestras creencias religiosas», defienden. Además, consideran que este acto interpretado como una «instrumentalización de la fe con fines políticos».»Como comunidad, debemos unirnos para condenar enérgicamente cualquier forma de ultraje a figuras religiosas y actos que promuevan la intolerancia», denuncian.
El Arzobispado rechaza «cualquier lectura partidista» pero no retira el fajín
Tres días después, con la polémica ya formada, el Arzobispado de Toledo ha rechazado «cualquier lectura política partidista», pero no obligará a la Hermandad a retirar el fajín del ultraderechista porque «es una práctica común que han llevado a cabo profesionales de diversa índole (deportistas, toreros, artistas…)». Por tanto, la máxima autoridad religiosa de Toledo no presionará a la directiva de la Hermandad para desligar a la Virgen de la imagen de un coronel con filias franquistas y golpistas.
Lo que sí pide el Arzobispado es que se «evite toda actitud que sitúe en el centro de una polémica a Aquella (la Virgen) que se preocupa sobre todo por la unidad de los hijos en torno a la paz de Jesucristo». Por ahora, el fajín de un golpista seguirá cubriendo a la imagen de la Virgen. Ni PP ni Vox se han pronunciado al respecto.