Los trabajos de segmentación bajo agua de la vasija del reactor de la central nuclear «José Cabrera», en Almonacid de Zorita (Guadalajara), han comenzado hoy dentro del proceso del desmantelamiento integral de la primera central nuclear en España.
Se trata de una nueva e importante fase en el desmontaje del principal componente del circuito primario de la instalación, tras realizar la segmentación y acondicionamiento de los componentes internos del reactor, cuyas piezas ya se encuentran en el almacén de residuos radiactivos de El Cabril (Córdoba), y en el almacén temporal individualizado (ATI) de la instalación alcarreña.
La fermentación de la vasija, de casi 100 toneladas de peso, se realizará bajo el agua y tendrá una duración estimada de seis meses.
La operación se realiza con herramientas de corte mecánicos, con una técnica similar a la empleada en los componentes internos del reactor, pero que es novedosa en España.
Se obtendrán un total de 120 piezas que se acondicionarán en veinte contenedores de hormigón y se almacenarán en El Cabril.
El director del proyecto de desmantelamiento, Manuel Rodríguez, ha destacado que «solo una decena de nucleares ha sido desmanteladas y solo la mitad fermentadas, y ninguna con esta técnica que es pionera en el mundo».
La novedad de las técnicas y metodologías de corte y acondicionamiento de residuos radiactivos aplicadas por Enresa en la central nuclear José Cabrera, ha hecho que el desmantelamiento se haya convertido en un centro de interés para la comunidad técnica y científica del sector, tanto nacional como internacional.
Antes de iniciar las labores de corte, la vasija tuvo que ser extraída el pasado mes de su cavidad original (la cavidad de recarga) y trasladada a la piscina anexa en la que se almacenaba el combustible gastado durante la etapa de operación.
Se emplearon 10 horas para trasladar la vasija, que está fabricada en acero al carbono y pesa aproximadamente 100 toneladas y hubo que instalar un pórtico especial de izado diseñado para el levantamiento de estructuras de gran tonelaje.
El proyecto de desmantelamiento de Zorita ya se ha ejecutado en un 60 % y está previsto que finalice en el año 2017, mientras que se ha gastado el 50 % del presupuesto asignado a la operación, cercano a los 135 millones de euros.
Está previsto que las tareas de corte de la vasija concluyan en febrero de 2015 y que posteriomente se acometa el drenaje y decontaminación, el hormigonado de edificios y la demolición, que se prolongará a lo largo de todo 2016.
En 2017 se ejecutará una última etapa de restauración del emplazamiento para devolvérselo a su propietario, Unión Fenosa, ha explicado Manuel Rodríguez.
Para alcanzar este grado de avance, se ha trabajado durante los últimos meses en el desmontaje del resto de componentes del circuito primario (presionador, bomba principal, generador de vapor), que se encuentra prácticamente finalizado, así como en otras áreas tanto del edificio de contención como de los edificios auxiliar y eléctrico, donde se han concentrado el grueso de actividades.
La antigua sala de control de la central ha sido desmantelada en su totalidad y los sistemas de recepción de señales ya están centralizados en el nuevo puesto de vigilancia y supervisión, ubicado en dependencias exteriores fuera de los edificios principales de la planta.
Desde que Enresa asumió la titularidad de la central en febrero de 2010, y hasta la fecha, se han generado 7.847 toneladas de materiales, de las que 1.706 toneladas son residuos radiactivos, de los cuáles el 60 % son de muy baja radiación y el 38 % de baja.
De esta cantidad, 778 toneladas han sido enviadas a El Cabril.
En las labores de desmantelamiento trabajan diariamente una media de 254 personas, de las que el 64 % son de la provincia de Guadalajara.