La Guardia Civil de Cuenca ha desarticulado una red que se dedicaba a captar mujeres en Paraguay para traerlas a España y obligarlas a ejercer la prostitución en clubes de alterne, en el desarrollo de la operación «Night House», que se ha cerrado con la detención de seis personas.
Los detenidos captaban en Paraguay a mujeres que estaban en situación económica precaria y las traían a España, donde las obligaban a ejercer la prostitución para pagar la deuda de 3.000 euros que contraían con la organización por el viaje y sus gastos, según ha informado hoy en una nota de prensa la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha.
La operación se inició tras la denuncia que pusieron el pasado mes de junio mujeres de nacionalidad paraguaya, por las amenazadas que les había hecho propietario de un club de alterne situado en la comarca de La Manchuela de Cuenca, por desavenencias laborales.
A raíz de la denuncia, se inició una investigación que apuntó a que podría estar cometiéndose un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual.
Las investigaciones y las entrevistas realizadas a las 28 mujeres que trabajaban en el club permitieron determinar cómo operaba la red e identificar a sus integrantes, que han sido detenidos en dos fases (cuatro en junio y dos este mes) y puestos a disposición del juzgado de Instrucción número 2 de San Clemente (Cuenca).
Cada uno de los detenidos tenía un rol establecido, que iba desde la captación en el país de origen, la preparación de documentación para el viaje, el traslado, recogida en los aeropuertos y estancia en hoteles y su destino final en un club de alterne de España.
Cuando llegaban al club asignado, les entregaban un papel escrito con la deuda que debían abonar, que ascendía a 3.000 euros.
Por la estancia y manutención en el club, abonaban una cantidad diaria (de 20 a 40 euros) y eran obligadas a trabajar ejerciendo la prostitución todos los días, incluso cuando las mujeres explotadas denotaban una falta de salud
Para realizar cualquier tipo de salida del club habían de contar con el consentimiento del propietario y eran acompañadas habitualmente acompañadas por empleados del local.
La organización procuraba que las mujeres tuvieran que salir lo menos posible, de forma que había una pequeña tienda dentro del local para venderles productos básicos de higiene personal o ropa.
Estas reglas prolongaban la existencia de la deuda y la dependencia de las mujeres respecto de la organización. Por lo que la prostitución se convertía en la única salida que tenían para pagar el dinero que adeudaban.