María Dolores de Cospedal primero reunió al Gobierno. Fue el viernes 18 en la finca estatal de «Los Quintos de Mora», en el término municipal de Los Yebénes y con la presencia de Vicente Tirado, a quien ella considera su número dos a todos los efectos y una especie de vicepresidente externo.
Luego convocó a los que pintan algo en el partido, el centenar de integrantes de la Junta Directiva Regional, una mezcla de dirigentes del PP, alcaldes, diputados, senadores y altos cargos de la Administración. Fue el lunes 21 en el Parador de Toledo. Intervención de Cospedal, otra de Tirado y turno libre para todos los que tuvieran algo que decir.
Al día siguiente, en el Palacio de Fuensalida mantuvo un encuentro con todos los periodistas del poderoso y extenso aparato de Comunicación del PP, tanto los del Gobierno en cada una de las consejerías como los del partido, las Cortes y los que se mantienen en las provincias, ya sea en las delegaciones de la Junta o en el partido. Curiosamente en esta reunión no participó el portavoz del Gobierno, Leandro Esteban, pero sí que apareció Vicente Tirado al final del encuentro para compartir impresiones, un detalle que no le pasó desapercibido a nadie, conscientes todos a estas alturas de que, en política, las casualidades no existen.
Y, finalmente, el jueves 24 fue el turno de los directores generales de la Junta, secretarios generales y viceconsejeros. También en el Palacio de Fuensalida.
María Dolores de Cospedal los ha visto a todos en menos de una semana y a todos ellos les ha trasladado los mismos mensajes. La presidenta no ha esperado a volver de vacaciones y ha puesto rumbo a 2015 antes de despedir el curso político para verse con todos los altos cargos de la Junta, los del PP, los alcaldes más importantes y el aparato de comunicación que hoy sostiene el PP en Castilla-La Mancha.
Ella está segura de una nueva victoria en mayo, pero es consciente de las dificultades que entraña y de los varios factores externos que no se sabe cómo van a evolucionar exactamente y también sabe que necesita de todos sus actores al 100 por 100 de entrega y en plena forma. Por eso se ha ocupado de convocarles personalmente, saludarles y transmitirles tres o cuatro mensajes claros para atacar la última etapa de la legislatura y llegar a las elecciones de 2015 en condiciones de ganarlas.
Lo primero que la presidenta les dijo a todos fue “gracias”. Por el esfuerzo realizado en tres años infernales de recortes, protestas y días encadenando noes a las muchas peticiones que han llegado al Gobierno y al partido en una situación de profunda crisis económica.
Cospedal está convencida, y así lo ha ido explicando, que las cosas mejoran y que nada tiene que ver la realidad de hoy y la que habrá dentro de 10 meses, cuando toque votar, con la que encontraron al llegar en junio de 2011. Es más, les ha pedido a todos que cuenten persona a persona, rincón por rincón, lo que se encontraron y lo que hay hoy. La presidenta cree que se puede y se debe presumir de gestión y les ha pedido a todos que la acompañen en la tarea de difundirlo entre los castellano-manchegos.
Además, la secretaria general del PP les ha contado que confía plenamente en la victoria, pero no les ha ocultado que no es fácil y que lograrla exige no solo no relajarse ni un minuto, sino hacer que el último esfuerzo sea el más grande.
Este periódico ha podido recoger algunos testimonios entre los presentes y el juicio es unánime: era necesario, se agradece a Cospedal haber llevado a cabo la iniciativa y “se ha visto a la jefa pletórica, consciente de las dificultades pero convencida de que se va a ganar”.
Lo dicho, Cospedal ya ha puesto rumbo a 2015. Y el próximo Debate del Estado de la Región será el pistoletazo de salida, cuya fecha me da la impresión que dependerá mucho de la evolución de los datos del paro y quizás se vaya a octubre. El Sepecam dirá.