Los habitantes de la localidad toledana de Pelahustán se han echado a la calle este martes para condenar la muerte violenta de su vecina María Belén Sánchez Moreno, de 45 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el pasado sábado en un camino situado en las cercanías del pueblo.
Unas 200 personas han participado en una concentración de repulsa y de recuerdo de la fallecida que había convocado el Ayuntamiento de Pelahustán, frente al bar ‘La Boyería’ propiedad de María Belén, que está ubicado en la plaza del municipio.
Los asistentes al acto han guardado un minuto de silencio, a cuyo término el alcalde de Pelahustan, Roberto García, ha procedido a leer un manifiesto.
«Exigimos un alto a la barbarie que ha costado la vida a Belén»
«Alzamos nuestras voces para exigir un alto a la barbarie que ha costado la vida de Belén, una persona llena de vida, con sueños y esperanza que defendía a la mujer rural», se indicaba en el manifiesto que ha leído el regidor, que ha condenado el crimen.
Asimismo, el alcalde ha dicho que los vecinos de Pelahustán se niegan a aceptar «que la violencia sea una realidad cotidiana en la sociedad donde no se puede permitir que la vida de Belén y de otras mujeres sean arrebatadas impunemente».
García ha exigido a las autoridades que tomen medidas concretas para prevenir y concienciar sobre la violencia con programas de educación y sensibilización, al tiempo que ha subrayado que luchar contra la violencia no es sólo responsabilidad de los representantes institucionales «sino que es un compromiso colectivo que incube a todos».
«Hoy nos despedimos de Belén con el compromiso de seguir su legado y luchar por la igualdad», ha apuntado el alcalde de Pelahustán. Asimismo, ha acabado su intervención con un recuerdo para la fallecida, a la que ha transmitido: «Belén siempre te recordaremos jóven y bella. Hasta siempre».
Un libro de firmas y el bar abierto
Durante la concentración, el Ayuntamiento ha puesto un libro de firmas para dárselo a la familia después de que se mantenga en la Casa Consistorial durante una semana.
Después de la concentración, y a pesar de su dolor, la familia ha abierto el bar que regentaba Belén para invitar a tomar algo a las personas que han acudido al acto, pues según han explicado a EFE «a Belén le hubiera gustado despedirse bien»