Villar de Cañas (Cuenca) construirá una residencia de ancianos con el primer dinero que le corresponderá por albergar el futuro almacén de residuos nucleares, una asignación que se eleva en total seis millones de euros y que se reparte entre una veintena de municipios.
En el caso de Villar de Cañas serán 2,4 millones de euros anuales durante los 60 años que se proyectan de vida útil para el Almacén Temporal Centralizado de Residuos de alta radiactividad (ATC), ha explicado hoy su alcalde, José María Sáiz, antes de participar en un curso de la Universidad Menéndez Pelayo en Madrid el ATC, organizado por Enresa, la empresa pública encargada de este proyecto.
El municipio conquense ha aumentado su población -450 habitantes censados- en un 20 % durante el último año gracias a esta instalación industrial, que se acompañará de un centro tecnológico y de un parque empresarial.
En 2014 ha comenzado la construcción del vivero de empresas, ha recordado el alcalde del PP, que ha asegurado que pretende destinar dicha asignación económica sobre todo a la creación de empleo en su municipio y en el resto de la comarca.
«El Ministerio de Industria nos ha dicho que en tiempo de crisis de tiempo utilicemos el dinero en empleo y en proyectos que sean viables», ha añadido.
En el momento en que entre el primer contenedor de residuos nucleares al ATC -se espera que comience a funcionar en 2018-, las más de veinte localidades conquenses comenzarán a percibir sus respectivas compensaciones económicas, en función de la distancia que les separa de Villar.
El primer proyecto, según el alcalde, será la construcción de una residencia de ancianos para acoger a un «montón de gente mayor de la comarca, lo que generará entre 50 y 60 puestos de trabajo.
También tiene pensado un proyecto dedicado a la agricultura, la comarca es netamente ganadera y agrícola, erigir un centro de salud y la concesión de ayudas para la formación de los jóvenes.
«Esto sigue subiendo y va a ser un importante trampolín para nuestros jóvenes», ha resaltado.
El crecimiento de la población durante el último año se ha debido -según ha dicho- al regreso de muchos vecinos que habían abandonado el pueblo por falta de oportunidades.
En cuanto a las alrededor de 2.600 alegaciones presentadas al estudio de impacto ambiental del ATC, el alcalde popular ha indicado que las personas tienen derecho a opinar lo que deseen pero ello no va a cambiar el hecho de la construcción de la instalación.
Ha recordado que al comienzo, se produjo alguna manifestación masiva, pero ahora ya no llegan ni a un centenar de personas.
Ello se debe a que «poco a poco» ha ido llegando la información.
Ha insistido en que lo relevante de este proyecto no es el ATC sino el parque empresarial y el centro tecnológico asociado, que van a ser «un foco» de trabajo y el futuro para la comarca.
Por último ha asegurado que es «prácticamente» imposible que acontezca ningún problema con el almacén nuclear.