La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha financiará con un total de 638.423 euros los Planes Locales de Integración Social (PLIS) de Seseña y Villarrobledo.
En un comunicado, la Junta de Comunidades ha informado de que el consejero de Sanidad y Asuntos Sociales del Ejecutivo regional, José Ignacio Echániz, se ha reunido con el alcalde de Seseña, Carlos Velázquez, y con el de Villarrobledo, Valentín Bueno, para tratar aspectos de los PLIS que afectan a sus municipios.
Durante estos encuentros, Echániz ha asegurado que «la pobreza, la marginación y la exclusión social son situaciones muy complejas que vienen definidas por carencias de tipo económico, laboral, de hábitat, cultural, personal o social y por ello se necesitan respuestas integrales y en la que se unan todos los esfuerzos posibles».
Los convenios de colaboración entre la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales y los ayuntamientos para el desarrollo de los Planes Locales de Integración Social son plurianuales, con una vigencia de dos años.
El Consejo de Gobierno estudiará próximamente los convenios con Seseña (Toledo) y Villarrobledo (Albacete) con una dotación de 638.423 euros por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha.
El Plan de Integración Social de Seseña está dotado con 348.028 euros, de los cuales Sanidad y Asuntos Sociales aporta 278.423 y el Ayuntamiento 69.605 euros.
Por otra parte, en Villarrobledo el plan está dotado con 450.000 euros, de los que el Gobierno regional aporta 360.000 euros y el Ayuntamiento 90.000.
La Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales aporta el 80 por ciento de los fondos para financiar los Planes de Integración Social para 2014-2015, y los consistorios el restante 20 por ciento.
«Estos planes tienen como objetivo mejorar la capacidad de empleabilidad, apoyar a las familias, contribuir al acceso y permanencia de una vivienda y la atención a menores y a jóvenes en riesgo de exclusión social», ha destacado Echániz.
Asimismo, el consejero también ha afirmado que con estos planes se previene el deterioro social derivado de la situación económica y se realiza una intervención asistencial cuando la situación de marginalidad es más grave, como es el caso de niños en riesgo, sin escolarizar o con déficits alimentarios.