domingo, 24 de noviembre de 2024
07/08/2014junio 9th, 2017
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Toledo ya es estos días una corte vacía. Políticos, funcionarios, empresarios y representantes e interlocutores de todo tipo han echado el cerrojo hasta septiembre.

A la vuelta espera el último curso de la legislatura. A estas alturas, en cualquier otra época, la suerte estaba ya echada claramente y lo único que quedaba por averiguar en los últimos nueves meses era el tamaño de la victoria o de la derrota del favorito en las urnas. Pero no vivimos tiempos normales y el ritmo de los acontecimientos en este abrupto siglo XXI da la vuelta en meses a circunstancias o ciclos que antes tardaban años o incluso generaciones en cambiar.


Hay opiniones para todos los gustos. Una, que el PP gana seguro porque el PSOE ni está ni se le espera y si aparece, la ley electoral le pondrá muy cara la victoria. Otra, que el PSOE gana con presentarse porque los recortes van a pasar una factura impagable para el PP. Y así, hasta un sinfín de variaciones.

Personalmente creo que perderá las próximas elecciones autonómicas el primero que las dé por ganadas, digan lo que digan las encuestas. Hay todavía muchos factores pendientes de despejar como para que nadie dé el partido por acabado.

Al Gobierno le falta tacto y talante en todos sus escalones, con honrosas excepciones, como siempre. Mucha gente se da de bruces contra la administración y los «populares» tendrán que limar aspectos como estos si quieren salir airosos de la contienda.

El partido ha estado mucho más atento a la calle que el Ejecutivo. Las quejas se transmiten al partido y a sus principales rostros antes que a los consejeros y a los directores generales y de todo ello es consciente la presidenta, María Dolores de Cospedal, que supongo tratará de poner remedio en lo que le queda de mandato.

En el PSOE faltan caras nuevas y sobran mensajes confusos. Y, desde luego, no ayuda a su futuro electoral la estrategia de distracción sobre la candidatura o no de Emiliano García-Page a la Presidencia de la Junta. Cuando sus compañeros de partido lo eligieron secretario general en febrero de 2012 le estaban encargando también ser candidato en las próximas, aunque no constara en ningún discurso. Que dos años y medio después y a falta de apenas nueve meses para las elecciones autonómicas el único que no haya dicho claramente «sí quiero» haya sido él, intranquiliza a su gente. Y declaraciones como las de “hay gente más preparada que yo para ser candidato” fueron una bomba de desánimo interno.

Claro que Page tiene sus razones para no decir ya con su propia voz lo que todo el mundo piensa, pero sean los motivos que sean, nadie los entiende. Y un dirigente político al que no se le entiende lo que hace… Mal asunto.

Supongo que septiembre despejará esta incógnita. Entre otras cosas porque parece que el nuevo secretario general, Pedro Sánchez, viene con prisas de clarificar liderazgos y en el mapa de aspiraciones del PSOE, Castilla-La Mancha no va a ser una más en mayo de 2015.

En fin, que todo el mundo en la política se lleva asignaturas para aprobar en septiembre.

Ustedes, lectores, pásenlo bien en agosto. Septiembre dará que hablar.

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