Nicu P., el acusado del asesinato de su hijo, Sorin P., en Santa Cruz del Retamar (Toledo) la noche del 11 de octubre de 2020 al, supuestamente, clavarle un cuchillo en el corazón, ha negado que lo hiciera de forma intencionada y que fue su hijo quien, accidentalmente, se lo clavó durante un forcejeo. Todo lo contrario a lo que esgrimen el fiscal y las acusaciones particulares, quienes insisten en que le asesinó consciente en todo momento de lo que hizo.
«Entró como un toro, golpeándome con una muleta»
El único acusado ha declarado hoy en el juicio con jurado que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Toledo.
Nicu ha dicho ante el Tribunal que esa noche él estaba durmiendo en el salón y bastante borracho (los médicos que le atendieron niegan que estuviera bebido) y que se despertó porque alguien golpeaba fuerte la puerta de su casa (él vivía con su esposa Liliana en la planta de abajo de un edificio mientras que su hijo Sorin, su compañera Mónica y los dos hijos de ambos residían en la planta de arriba, aunque cada vivienda tenía entradas independientes). «Abrí y de repente mi hijo entró como un toro, golpeándome con una muleta». Muleta que el hijo utilizaba debido a una hernia discal que le impedía caminar y moverse con normalidad.
«No tenía fuerzas para luchar contra él»
El motivo de la visita del hijo era, como ha declarado posteriormente su compañera sentimental, quien le acompañaba en ese momento, por un mensaje telefónico que previamente le había enviado Liliana a Mónica, en los que le advertía que Nicu estaba muy alterado, y por otro que el propio Nicu le remitió a Mónica en la que le decía que se iba a divorciar de Liliana y que era por culpa de la propia Mónica.
Nicu ha señalado que su hijo, una vez en su vivienda, «me dio un empujón muy fuerte y me caí, yo había bebido tres litros de cerveza y cuatro de vino. En ese momento cogí un cuchillo para decirle que se fuera y cuando me acerqué a la puerta mi hijo vino otra vez a atacarme, empujamos la puerta uno por dentro y otro por fuera, pero él entró y se clavó el cuchillo sin quererlo. Yo no tenía ninguna intención de matarle, no tenía fuerzas para luchar contra él».
La versión de los testigos de los hechos, tanto Mónica como Liliana, ha sido completamente diferente.
«Mi suegra le dijo a su marido que había matado a su hijo y el respondió: ¿Y qué?»
Mónica, compañera del fallecido, ha señalado que su relación con su suegro era buena, «pero en ocasiones cambiaba su comportamiento y era mala. Se enfadaba y no sabíamos los motivos». La noche de los hechos, tanto ella como Sorin llegaban de una barbacoa y este fue a casa de su padre «a preguntarle por qué no dejaba en paz a su padre y por qué me había enviado un mensaje a mí. Yo bajé con él. Nicu abrió la puerta, estaba en el pasillo y le dijo a Sorin que fuera, pero Sorin le comentó que saliera fuera para hablar. Llegó Liliana y el padre y el hijo empezaron a empujarse».
Fue en ese momento, supuestamente, cuando Nicu fue a la cocina a por un cuchillo y Sorin se puso apoyado a la pared. «Pero Sorin no se pudo dar cuenta de lo que iba a pasar, no se lo esperaba, siempre decía que su padre no le haría daño. Yo vi a Nicu mover el brazo de arriba a abajo, pero no vi el momento en el que se lo clavó. Liliana le dijo a su esposo que había matado a su hijo y Nicu respondió tranquilamente ‘¿y qué?'».
«Se fue a su habitación a hacer la maleta para irse»
Además, ha recalcado que Nicu, en contra de lo que él había declarado, «no estaba borracho, le conozco muy bien. Acto seguido, se fue a su habitación a hacer la maleta para irse, sabía lo que había hecho».
Mónica ha confirmado también que no era la primera vez que veía a su suegro «con un cuchillo amenazando a alguien, por ejemplo a mi suegra una semana antes, porque se vino a mi casa y él entró detrás de ella diciendo que la iba a matar».
«Mi hijo me comentó que su padre le había pinchado»
Mientras, la esposa del acusado y madre de la víctima, Liliana, ha afirmado que su esposo cogió el cuchillo «y le dijo a mi hijo que le iba a matar, pero luego fue todo tan rápido que no lo vi. Ya en el suelo, mi hijo me comentó que su padre le había pinchado. En ese momento le dije a Nicu que había matado a nuestro hijo y él contestó que lo quería hacer. Luego se fue muy tranquilo a hacer la maleta».
También ha confirmado que anteriormente, «muchas veces, había dicho que quería matar a su hijo y no, no era la primera vez que yo le veía con un cuchillo en la mano».
Los doctores que atendieron al acusado afirman que «no llegó borracho»
Los doctores que atendieron al acusado, esa madrugada y al día siguiente, cuando fue trasladado al centro de salud de Illescas y al de Valmojado por agentes de la Guardia Civil, han señalado que no era un caso de urgencia, «era para un control de tensión. No llegó borracho, porque de ser así lo hubiéramos hecho constar, no había ningún signo de alcoholemia».
Y respecto a si presentaba alguna herida (Nicu había señalado previamente que su hijo le había golpeado fuertemente con la muleta), «tan sólo un leve rasguño en la región occipital».
El juicio continuará mañana, miércoles 25, con declaraciones de los agentes de la Guardia Civil y los peritos.