La firma Arriaca acaba de iniciar su proceso de comercialización y se convierte en la primera cerveza artesana que se elabora en la provincia de Guadalajara, con una previsión de producción anual de 200.000 litros anuales.
Esta microcervecería, ubicada en el polígono industrial Mohedano de Yunquera de Henares (Guadalajara), pretende convertirse en un sólido proyecto empresarial que imprima un impulso económico a la zona, aprovechando, precisamente, las virtudes que ofrece el entorno en cuanto a las materias primeras necesarias para la elaboración de cerveza.
El proyecto empresarial, que pasó antes por un proceso de pruebas e investigación de años, ya da empleo a cinco personas de manera directa, a lo que hay que sumar el empleo generado de manera indirecta de proveedores, distribuidores y otros servicios.
Con una inversión cercana al medio millón de euros, la previsión de Cervezas Arriaca es producir 200.000 litros anuales.
«Queremos convertirnos en la cerveza de referencia de Guadalajara», asegura a Efe Jesús León, uno de los socios que se ha embarcado en este ambicioso proyecto empresarial.
Durante el proceso de elaboración, estos cerveceros artesanos recurren «en buena medida a lúpulos marcadamente aromáticos y maltas de importación de alta calidad, en una mezcolanza sobria con grano propio de la comarca de La Campiña», una zona de tradición y producción cerealista de la provincia de Guadalajara.
Todo ello, y junto al agua de alta calidad del río Sorbe utilizada como principal componente, hacen que Arriaca «aproveche al máximo los beneficios existentes en su zona de producción».
«Lo que distingue a la cerveza artesana es la apuesta por la calidad de los ingredientes y la paciencia y el respeto por el proceso original cervecero, sin atajos, sin añadidos», como asegura José Ángel Santiago, maestro cervecero de Arriaca.
La gama varietal de cervezas artesanas se compone de una rubia ligera, ideal para el vermú; una cerveza de trigo refrescante y con tonos afrutados; la doble Ipa, lupulada, cremosa y excelente para maridar con carnes rojas; y la «Imperial Porter», una cerveza negra con matices torrefactos de café y chocolate, perfecta para el postre y la sobremesa.
Precisamente, la variedad de estilos de estas cervezas, conjuntamente con su carbonatación natural, que «no hincha», las convierten en «un producto perfecto para el maridaje gastronómico», apunta León.