El mes de agosto ya no es como los de antes: un mes de vacaciones, de descanso, de menos actividad y más ocio. Ahora, en cuanto escuchas la radio, ves la televisión o lees un periódico te encuentras con un nuevo escándalo de corrupción; con un empresario, político o conocido profesional al que un juez cita para que declare como imputado, o con alguna chorizada que ni se te había pasado por la imaginación que pudiera suceder. Para los delincuentes, sean de guante blanco o vulgares chorizos, no hay diferencia de meses.
Hace años, cuando llegaba agosto era habitual que los periódicos publicaran una fotografía de la calle principal de la ciudad correspondiente -la Gran Vía de Madrid, por ejemplo- vacía de coches y de gente a media mañana. Ahora ya no lo hacen, porque las grandes ciudades no se quedan nunca vacías de gente y de coches, ni siquiera cuando los termómetros alcanzan los 40 grados. Con casi seis millones de desempleados y muchas familias que no llegan a fin de mes, aquellas vacaciones de antaño también se han visto recortadas, como tantas otras cosas, o suprimidas del todo.
«CARNAZA» PARA LAS TERTULIAS
Antes, las emisoras de radio y las televisiones ofrecían en agosto una programación más ligera, más refrescante, sin debates crispados ni programas polémicos. Ahora, como hay tantos escándalos y las noticias sobre la corrupción son casi permanentes, buena parte de ellas mantiene en agosto sus tertulias políticas. En ellas participan contertulios que hablan de los asuntos que conocen -y no se les caen los anillos por decir que de un asunto concreto no pueden opinar porque no lo controlan- junto a otros que han convertido el vocerío y la descalificación del oponente ideológico en su manera de actuar. Hay que dar espectáculo, dicen. El servilismo que demuestran algunos hacia el Gobierno de turno y la encendida defensa hasta el ridículo que hacen otros del principal partido de la oposición, sin admitir ni éstos ni aquéllos la mínima crítica a sus defendidos, llega a ser vomitiva. Pero, como hay carnaza a diario, muchos medios han optado por mantener esos programas en agosto.
A la ciudadanía ya no le sorprende casi nada, porque hace años que está acostumbrada a vivir rodeada de escándalos. Pero vendría muy bien un mes de agosto como aquellos de antes, de vacaciones de verdad, que sirviera a todos para descansar y recargar las pilas y que inyectara en vena una buena dosis de sentido común a los gobernantes y a los que aspiran a serlo. Sí, ya sé: con unas elecciones municipales y autonómicas previstas para mayo del año próximo, esto es imposible.
EL «MOLT HONORABLE» QUE NO LO ERA
Después de que el molt honorable Jordi Pujol haya demostrado que tiene muy poco de honorable -porque durante más de 34 año ha permitido que su esposa y sus siete hijos tuvieran muchos millones de euros en paraísos fiscales, sin declararlo a la Hacienda española ni pagar impuestos como usted y yo, y se hicieran millonarios presuntamente aprovechándose de las influencias políticas de él-, ¿hay algo más que nos pueda sorprender?
Aunque no sorprendan, y dejando bien sentado que no se trata de comparar porque el caso de la familia Pujol Ferrusola es uno de los mayores escándalos de la democracia, conviene citar algunas de las últimas noticias sobre delincuencia y corrupción, sólo unas pocas:
– El prestigioso y reconocido arquitecto Santiago Calatrava, el de tantos puentes espectaculares por su belleza, ha sido llamado por un juez para declarar como imputado, porque el Ayuntamiento de Castellón de la Plana le pago 2,7 millones de euros por los proyectos y trabajos previos para el Centro de Convenciones, que nunca fue construido debido a la crisis económica.
– En el famoso velero Juan Sebastián Elcano, buque escuela de la Armada Española que surca los océanos de todo el mundo, la Guardia Civil ha descubierto 127 kilos de cocaína, ocultos en el lugar donde se guardan sus conocidas velas. Hay tres marineros detenidos.
– El gerente y un empleado de la taquilla del Zoo de Madrid han sido detenidos, bajo la acusación de haber manipulado el sistema informático para quedarse con el dinero de una parte de las entradas que no eran registrados. La Policía dice que con ese método se han llevado más de un millón de euros…
– En Murcia han detenido a 61 personas porque estafaban a las compañías aseguradoras de coches con un curioso sistema: causaban daños a los vehículos para simular accidentes de tráfico y falseaban la domentación que debían presentar a la compañía de seguros. Han presentado más de 400 reclamaciones, algunas por importe de hasta 50.000 euros.
Mientras suceden estas cosas, el ex senador y ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, sigue en la cárcel. Y el ex presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, también. Y el ex consejero de la Junta de Andalucía -de un Gobierno anterior, no del actual- ha sido imputado por un juez por un presunto fraude en las subvenciones que concedía el Ejecutivo andaluz para cursos de formación de trabajadores que no se impartían. Y… suma y sigue.
PESE A TODO, HAY ESPERANZA
Los ciudadanos podemos imitar a Carmen Maura en la famosa película de Pedro Almodóvar y, como ella, preguntarnos: ¿qué hemos hecho para merecer esto? Por lo que se ve a diario, los delincuentes, sea cual sea su nivel, no descansan en agosto. Los policías, los guardias civiles y los inspectores de la Agencia Tributaria, afortunadamente, tampoco.
A pesar de tantas noticias malas, de tanta corrupción y tanto fraude, hay motivos para la esperanza: según una encuesta realizada por la empresa Adecco a 1.900 niños españoles, el 25,1 por 100 dice que lo más urgente en España es tener mejores políticos. Entre los consultados de 11 a 16 años, el 35,1 por 100 opina que se necesita un cambio político. Lo dicho: hay motivos para la esperanza.