«Estoy absolutamente emocionada y agradecida, como diría Lina Morgan. No me esperaba nada de esto. Ha sido una sorpresa alucinante. Si alguien hubiera pensado en un estreno redondo, sería esto». Con estas palabras, la incombustible actriz Malena Alterio se bajaba del escenario del Teatro de Rojas después de presentar su nueva película, Que nadie duerma, junto al director y los productores de la cinta. El Festival del Cine y la Palabra (CiBRA) tenía preparada una performance antes de proyectar esta «road movie cañí» que protagoniza Alterio y que dirige la mirada siempre especial, genuina, de Antonio Méndez Esparza, premiado anteriormente en Cannes con su Aquí y allá (2013).
La actriz interpreta en la película a Lucía, una mujer que decide hacerse taxista ante los reveses de la vida. En un guiño muy especial, el festival toledano ha decidido que un grupo de taxistas fueran también protagonistas en este prestreno. Unos cinco vehículos han traído al equipo de la cinta hacia el Teatro de Rojas, en pleno centro del casco histórico, como homenaje al oficio y al propio cine, que hoy ha salido de la pantalla para convertirse en realidad. La dicotomía entre espectador y protagonista se ha despedazado para hacer partícipes a todos los asistentes de un momento único.
La segunda escena de este cóctel que ha preparado el CiBRA ha tenido lugar dentro del Rojas. De entre esas características butacas azules de este teatro del siglo XIX ha surgido una mano levantada, la de un espectador, ante el equipo de la película que estaba presentando la cinta. De repente, el ‘espectador infiltrado’, ataviado con un chaqué, se ha levantado de la butaca y de ahí ha salido un chorro de voz para entonar, como si de Pavarotti se tratase, el Nessum Dorma de Puccini, que sirve de hilo conductor de la película. Otra vez, el cine hecho verbo – mejor dicho, hecho voz – ha salido de la pantalla. El cantante, que ha tenido con el corazón en un puño al público y al equipo de la cinta, ha subido al escenario y, junto a un coro que ha aparecido de detrás del telón del Rojas, han entonado el final de la escena ante una Alterio y un Méndez ojipláticos. La sorpresa ha sido mayúscula. «El estreno que jamás pude soñar. Primero los taxis, ahora con esto (la ópera). Ha sido redondo. ¿Esto qué es? Ni la Gran Vía, ni el Capitol, ni su puta madre», decía Alterio, emocionada y agradecida ante una ruptura de la cuarta pared.
Fotos | El preestreno de «Que nadie duerma», con Malena Alterio, en el CiBRA de Toledo
«Que nadie duerma», una road movie cañí con mucha esencia de Toledo
«Que nadie duerma es una road movie cañí», como la ha definido su propio director, Antonio Méndez Esparza, y en la que se narra el viaje de Lucía por un Madrid que se recorre en el taxi de la protagonista.»Es una peli especial, distinta, que te cuenta la vida de esta mujer tan especial (Lucía, la protagonista), tan extraña, tan humana, a la que pasan muchas cosas», ha subrayado Alterio, que ha elogiado a su alter ego en esta cinta por su coraje para no rendirse.
Este retrato audiovisual de una mujer y su redención está basado en la novela homónima de Juan José Millás y que Méndez Esparcia ha llevado hacia un terreno especial. El director ha confesado a ENCLM que volver al CiBRA, ya estuvo en 2018, ha sido emocionante. En la novela de Millás aparece Toledo y Méndez también ha traído el audiovisual a la capital castellanomanchega, rodando en el Miradero y en el Parador. «Toledo para mí era maravilloso y un misterio», reconoce Méndez, que califica de «excepcional» esta cita en el Teatro de Rojas toledano.
«CiBRA es muy especial, el pase ha sido maravilloso. Como un coro griego», subrayaba entre risas Méndez, que ha vuelto a España y se ha acercado a Toledo para volver a la esencia de una película que se estrena el 17 de noviembre en España y que tiene ese matiz de costumbrismo y fantasía que ha conquistado a Toledo.