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Argumentan que no hay un hospital que atienda a la población liberiana 09/08/2014junio 9th, 2017

El coordinador de Proyectos de Juan Ciudad ONGD, Roberto Lorenzo, ha explicado a Efe que esperan tener preparado de forma inmediata un equipo, de tres o cuatro personas, para partir hacia Liberia para atender a los dos religiosos con ébola que permanecen aislados en el hospital San José de Monrovia.

«Esta semana espero que salga este equipo y estamos preparando otro más grande con la intención de reabrir el hospital», ha asegurado Lorenzo, quien ha recordado que este centro sanitario, que asiste en Monrovia a 100.000 pacientes al año, «debe estar abierto para atender a personas, como lo hizo durante la guerra».


Tras la muerte esta madrugada de la monja congolesa Chantal Pascaline a consecuencia del virus de Ébola, siguen encerrados en el hospital San José -del que fueron repatriados los dos religiosos españoles el pasado jueves- con este virus la religiosa guineana Paciencia Melgar y el hermano ghanés Georges Combey.

Ambos enfermos de ébola están siendo cuidados por el enfermero voluntario camerunés William Ekeurm dentro del hospital, en el que se encuentra además aislado el administrador del centro Eugene Osei-Wusu.

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha alertado hoy de que la situación del hospital es «muy preocupante», ya que el estado del religioso Georges ha empeorado y la hermana Paciencia sigue en «situación preocupante».

«El hospital está cerrado desde el 1 de agosto, no tiene pacientes, pero en Monrovia actualmente no hay ningún otro centro que esté prestando servicios sanitarios a la población liberiana», excepto la unidad de Ébola ubicada en el Hospital ELWA, donde se están derivando todos los casos de esta infección.

La OND Juan Ciudad está trabajando «a contrarreloj» para enviar este equipo sanitario y mantiene activa su campaña «Paremos el Ébola en África del Oeste», en el que se pide donaciones económicas para la compra de material destinado a los hospitales de Liberia y de Sierra Leona, éste último con las mismas necesidades ya que también tiene enfermos de ébola.

El estado de salud del sacerdote toledano Miguel Pajares «sigue estable y eso es buen síntoma porque no avanza y el cuerpo tiene más facilidades para rechazarlo», ha puntualizado Lorenzo.

La hermana Juliana, que no padece el virus y que fue ingresada en el Carlos III, también está estable y al igual que Pajares «no ha habido variación de su situación clínica».

Ambos están ingresados en el Hospital Carlos III de Madrid completamente aislados, asistidos y controlados por dos médicos internistas e intensivistas, cuatro enfermeras y cuatro auxiliares por turno.

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