El barómetro sanitario 2013 señala «un fuerte deterioro de la situación en Castilla-La Mancha, región en la que el 14 por 100 considera que el sistema sanitario está tan mal que habría que rehacerlo. No sólo supera ampliamente la media estatal del 6 por 100, sino que debemos recordar que en 2010 este porcentaje sólo era el 3 por 100», indican en nota de prensa el sindicato CC.OO.
La Secretaría Confederal de Protección Social y Políticas Públicas de CC.OO. ha elaborado un informe en el que analiza los principales resultados del barómetro sanitario de 2013 elaborado por el Ministerio de Sanidad. En dicho informe, CC.OO. señala que el sector sanitario público es un sector bien valorado, en conjunto, por la población. De hecho, es, entre los diferentes servicios públicos, «el área de mayor interés para la población (un 26,5 por 100 así lo consideran), sólo por detrás de la inquietud por el empleo incrementada en los largos años de crisis».
El sistema sanitario es valorado positivamente por el 66 por 100 de la población. «En todos los tipos de atención –primaria, especializada, hospitalaria y urgente- la sanidad pública es la primera opción, aunque la diferencia en los porcentajes entre primaria (68 por 100) y especializada (53 por 100) son significativos».
Esta valoración positiva de la sanidad pública tiene un fuerte apoyo en los porcentajes de personas que dicen estar satisfechas con su funcionamiento. Así lo expresan el 87 por 100 en atención primaria, el 84 por 100 en especializada, el 88 por 100 en hospitalaria y el 80 por 100 en urgencias. La proximidad de los centros de atención primaria, la oferta y los medios en la atención especializada y la hospitalaria, así como el buen trato recibido por los profesionales sanitarios son los aspectos mejor valorados. Por el contrario, los tiempos en la gestión y la espera constituyen el aspecto más crítico del sistema, junto a las carencias de información que se reflejan en el Barómetro Sanitario.
Esta positiva valoración global «no oculta el deterioro percibido en los últimos años. Hay que remontarse a 1998 para encontrar un dato de valoración positiva como el de 2013, apreciándose una fuerte caída del porcentaje desde 2010, cuando el 74 por 100 de la población consideraba que el sistema sanitario público funcionaba bien o bastante bien».
PEOR ASISTENCIA
Desde el inicio de la crisis se disparan los porcentajes de población que consideran que la asistencia está empeorando: un 28 por 100 lo ven así en atención primaria, cuando en 2010 este porcentaje no superaba el 8 por 100; un 33 por 100 considera que la situación ha empeorado en la atención especializada, cuando tres años antes era sólo el 9 por 100; igualmente se aprecia este giro en la atención hospitalaria, pasando del 7 por 100 en 2010 al 32 por 100 en 2013; y el 39 por 100 considera que en urgencias las cosas han empeorado, aunque en este caso sólo tenemos la referencia del año anterior, 2012, cuando el porcentaje era el 28 por 100.
Los recortes están deteriorando la imagen de la sanidad pública y cada es mayor la proporción de la población que considera que la atención sanitaria está empeorando.
Por último, debemos destacar que al estar las competencias sanitarias transferidas y gestionadas por los diferentes servicios públicos de salud, hay una gran variación territorial. Por ejemplo, ateniéndonos a la valoración global, podemos señalar que Canarias está por debajo del umbral que podríamos considerar mínimo, mientras que Asturias, Navarra, Euskadi y Galicia se encuentran por encima del umbral máximo.
El Barómetro señala un fuerte deterioro de la situación en Castilla-La Mancha, región en la que el 14 por 100 considera que el sistema sanitario está tan mal que habría que rehacerlo. No sólo supera ampliamente la media estatal del 6 por 100, sino que debemos recordar que en 2010 este porcentaje sólo era el 3 por 100.
También hay que destacar a Baleares, que pasa del 2 por 100 en 2011 al 11 por 100 en 2013. Son las dos Comunidades que más han empeorado su situación desde la percepción ciudadana en los años de crisis.
Otra aproximación a la opinión sobre el sector público sanitario es analizar dónde optaría la población por la atención en centros privados antes que en los públicos. Así es, por ejemplo, en Ceuta y Melilla en todos los niveles de asistencia sanitaria. En Baleares en toda la atención especializada, incluyendo la hospitalaria. Y en Canarias, en la atención especializada.
También podemos ver diferencias al preguntar para saber cuántas personas consideran que ha empeorado la atención. El 45 por 100 lo aprecia así en Cataluña en relación con la atención primaria, y no es el único ámbito de esta Comunidad en la que se ve así. De hecho, en especializada el porcentaje es el 47 por 100 y en hospitalaria en 49 por 100.
También destaca el empeoramiento en atención primaria percibido en Baleares (37 por 100), Castilla-La Mancha (35 por 100), Madrid (33 por 100) y País Valencià (31 por 100). En atención especializada lo vemos en Navarra, con un 45 por 100 considerando que hay un empeoramiento, porcentaje que es incluso superior en esta Comunidad cuando se pregunta sobre la atención hospitalaria, con un 47 por 100 considerando que se da un empeoramiento.
En hospitalaria hay que destacar también el caso de Castilla-La Mancha, donde el porcentaje alcanza el 41 por 100. De nuevo conviene recordar que en 2010 estos porcentajes solían estar por debajo del 10 por 100.
En definitiva, se percibe un deterioro en todas las CC.AA. y en todos los niveles de atención, aunque con distinta intensidad en los servicios autonómicos de salud. Quizás esto explique que se perciba la comunidad de residencia como el origen de diferencias en la atención y que sea tan amplio (83 por 100) el apoyo de la población a la necesidad de ponerse de acuerdo entre todas las CC.AA. para ofrecer nuevos servicios a los ciudadanos.
Por último, CC.OO. destaca que España mantiene un buen servicio sanitario público pese a que en estos años de crisis y recortes se percibe un claro empeoramiento respecto a los años anteriores. Sin embargo, a juicio de este sindicato «estamos todavía a tiempo de reconducir la situación, para lo que reclama un amplio consenso político y social que fortalezca el sistema nacional de salud garantizando su sostenibilidad, suficiencia, equidad y gobernanza».