¡Qué duda cabe que la mayoría de las terrazas constituyen un buen negocio para los ayuntamientos! El ayuntamiento de turno no expone nada, solo pone el terreno o espacio al servicio del negocio de quien paga un impuesto por poner una terraza en la calle. Es durante el verano y épocas preveraniegas cuando más proliferan. Sabemos que en nuestro país somos muy dados a consumir en la calle, charlar, poder fumar…, bastantes cosas.
Antaño eran casi todas terrazas de verano. Ahora que en el interior de bares, cafeterías y restaurantes no se puede fumar la gente lo utiliza bastante más. Además, con los aparatos que echan aire y agua fresca parece como que se soporta mejor. Igual sucede en invierno con las estufas eléctricas de alto voltaje. Uno puede estar a las 11 de la noche en enero en la calle, pero teniendo una estufa de estas como que se te “olvida” el frío exterior.
Todo ello viene a cuento, ya que en nuestras ciudades, entre los aparcamientos de la ORA y las terrazas de verano e invierno, el terreno está cada vez más acotado. Y en lo concerniente a las terrazas, sobre todo las de verano, muchas veces constituyen un peligro o una incomodidad seria para los viandantes. En bastantes ocasiones los dueños no se preocupan de que mesas y sillas guarden la distancia adecuada con las aceras para el paso de peatones y tienes que echarte a la vía pública o sortear las mesas y sillas que estorban.
Ya no les digo si vamos con un carro de niños, silla de ruedas, muletas, etc. El asunto es que en el menor espacio posible se quiere encajar el mayor número de mesas y ahí vienen los problemas. Los ayuntamientos tienen un chollo con las terrazas, cobran una pasta gansa a fondo perdido y se forran. Por eso no les preocupa demasiado si hay espacio para los peatones o no. Lo importante es recaudar dinero y más en estos tiempos en los que la construcción apenas genera licencias. En suma, sería deseable que alguien inspeccionase la ocupación que tienen las terrazas en la calle en nuestra ciudad y sancionasen a quien no cumpla las normas. Que no todo es coger dinero, y policía local hay por un tubo.
Carlos Martín-Fuertes. Toledo