Ha sido dentro de la Semana Cultural organizada por el Club Taurino Talaverano, y pasará a los anales de la historia de este colectivo por ser una de esas citas emotivas y cargada de recuerdos importantes para la historia del mundo del toro y del toreo. Nos referimos a la conferencia que ofrecieron en la noche del jueves 23 de febrero en la ciudad de la cerámica los ganaderos Samuel Flores, padre e hijo.
Ambos, ante un aforo que superaba el medio centenar de aficionados al arte de cúchares, hicieron un repaso a su trayectoria ganadera, a la historia de una ganadería con identidad propia y que ha vivido muchas tardes de gloria a lo largo del último siglo.
Los Flores explicaron los inicios de esta ganadería, porque aunque su fundación es de 1924, recordaron que ya la tradición ganadera familiar venía de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Desgranaron también la manera en la que se conformó la actual ganadería, con encastes procedentes de Ybarra y Murube, hasta que la familia adquiere parte de la ganadería de los Gamero. Padre e hijo se centraron también en la importancia de esta ganadería genéticamente separada de todas las demás, con una tipología y una morfología propias, según ha destacado a encastillalamancha.es el presidente del Club Taurino, Álvaro Muñoz.
Los ganaderos repasaron los momentos importantes de su trayectoria ganadera, tanto los buenos como los malos y recordaron toros que han sido históricos dentro de la historia de este encaste. Un ejemplo que pusieron fue el de el morlaco de nombres «Cuernos Torpes», al que Joselito y Enrique Ponce le realizaron seis quites en la Feria de San Isidro de las Ventas en 1996. Y es que fue precisamente la década de los 90 del siglo pasado cuando esta ganadería vivió sus mayores momentos de esplendor. Ahí está también otro momento importante recordado: la corrida de la Beneficencia de 1991, en la que Ortega Cano y César Rincón cortaron tres orejas cada uno y salieron a hombros por la puerta grande junto al propio ganadero. También a destacar fue la corrida de la Beneficencia del año 1992, en la que Enrique Ponce desorejó al toro de nombre «Molino» y se consagró como figura del toreo.
Por último los Flores se pronunciaron sobre la situación actual que vive la fiesta nacional, sobre la problemática de los encastes y de mantener en pie una ganadería.
Esta edición de la Semana Cultural del Club Taurino Talaverano incluye también un homenaje a Gabriel de la Casa. A juicio del presidente del colectivo taurino, Álvaro Muñoz, el balance de esta última edición es «satisfactorio» y es que cada año la gente acude desde el primer día con mayor asiduidad a las ponencias.