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Artículo de opinión 13/09/2014junio 8th, 2017

UNICEF participa, este 13 de septiembre, en la celebración del Día Internacional del Legado Solidario. Un día para explicar y animar, cada vez a más personas, a hacer testamento y a que piensen en dejar una pequeña parte a UNICEF después de haber asegurado su herencia a sus seres queridos y familiares, para seguir protegiendo a los niños más vulnerables en el futuro.

Por poco que creamos tener y por pequeño que pueda parecernos nuestro patrimonio, es bueno pararnos a pensar qué hacer con ello, y ordenar o fortalecer nuestros deseos y voluntad. Hacer testamento facilitará las cosas a familiares y allegados, y nos da confianza en que lo poco o mucho que poseemos servirá para lo que realmente queremos. Hacer testamento es rápido, sencillo y económico, puede revisarse y cambiarse cuando uno lo desee, y es un acto de decisión que da tranquilidad y satisfacción a quien lo hace.


Incluir en el testamento nuestra voluntad solidaria, mediante herencia o legado, equivale a extender la vida de nuestra solidaridad a las próximas generaciones. Se trata de llevar nuestros deseos y nuestros actos más allá de nuestra vida, porque es posible. Se puede así, respetando los derechos de los herederos más próximos y queridos, contribuir también a un mundo mejor y a que la ayuda a los niños más necesitados del mundo o a los grupos humanos más vulnerables perdure en el tiempo. Quien quiera hacerlo, que no dude en informarse en UNICEF o en cualquier otra organización con la que simpatice y en la que confíe.

También es bueno comentar esta posibilidad con los familiares y amigos más allegados, o con consejeros jurídicos, notarios o abogados de confianza. La práctica totalidad de las notarías de Castilla-La Mancha informan ya de esta posibilidad. La voluntad y las decisiones de quien hace testamento solidario, serán respetadas y cumplidas; de ello se ocuparán, además de los otros herederos, el notario y los coherederos o legatarios.

UNICEF, junto a otras organizaciones humanitarias, procura hacer posible, gracias a la solidaridad de las personas, que se respeten los derechos humanos, especialmente los de la infancia, los de todos los niños y niñas en todo momento y en todo lugar, cuanto antes. Nuestro objetivo es que la Convención sobre los Derechos del Niño, de la que este año se cumple el XXV Aniversario, se convierta en imperativo de desarrollo de carácter universal y en norma internacional de conducta hacia la infancia. Trabajar por la supervivencia, desarrollo y protección de la infancia, como quieren y hacen tantas personas de buena voluntad, es tanto como proveer para que no mueran por causas evitables, que coman y crezcan sanos, que vayan a la escuela, que participen en su comunidad en condiciones de igualdad, que se sientan seguros en su entorno y protegidos de todas las formas de violencia y explotación.

Lamentablemente nuestra vida será corta para ver el fin de la necesidad o de la injusticia, pero el esfuerzo en favor de los derechos humanos y en especial de la infancia puede llegar, a través del legado o herencia solidarios, más allá, y aumentar la satisfacción de nuestra vida mientras dura. Con ello haremos a la vida y a la humanidad un gran regalo y dejaremos la mejor herencia, el mejor legado: la esperanza.

José María Calvo Cirujano, presidente de Unicef CLM.

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